Para ellos los likes son algo secundario que solo sirve para posicionar el vídeo en las redes y postulan que la madre del cordero está en transmitir sus mensajes de poesía urbana al mayor número posible de personas. Un ejercicio artístico que en sus casos puede definirse como sensible, vívida, contestaría y reivindicativa, pero sin estridencias porque la elegancia no está reñida con el mensaje.

“Cada uno hacía sus temas con sus medios y decidimos poner una idea en común intentando ayudarnos entre nosotros. Yo por ejemplo acabo de sacar mi último tema en mi propio canal y la idea es que este trabajo y otros futuros aparezcan también en Black Lines, señala Aimar Esteban, un joven portagalujo de 16 años, alumno del colegio Santa María de Portugalete, que señala que actualmente su trabajo se define como un punto de equilibrio.

“Es un término que se utiliza en economía que expresa una situación en la que no hay ni pérdidas ni ganancias en una actividad, vamos que lo que estás haciendo lo haces por amor al arte. Es un poco lo que me pasa con el rap, que no estoy ganando nada haciéndolo, pero tampoco estoy perdiendo, estoy en ese punto de equilibrio. Yo siempre escribo sobre lo que me ha pasado en un momento dado, aunque como es el caso de mi último vídeo, se edita dos meses después”, explica.

Al igual que Aimar, sus colegas Carlos Oyanguren y Eneko González defienden que “ellos escriben para ellos y rapean para el resto”. En este sentido, Oyanguren manifiesta que la idea principal del primer tema que ha colgado en Black Lines fue precisamente “transmitir mis pensamientos, mis opiniones personales, sin necesidad de tener que nombrar a nadie, pero dejando ver entre líneas a los colectivos destinatarios de las mismas, intentando algo que hoy día se denomina Rap Conciencia. Un rap que se define como un tema que tú escuchas y puedes sentirte identificado y plasmarlo en tu personalidad. Yo lo he comprobado con gente que conoce mi manera de pensar y a los que les ha llegado algunas partes del tema como si lo hubieran escrito ellos. Es un tema que transmite un cierto tono pesimista”, asegura este estudiante de Ciencias de la Comunicación en el campus de Leioa.

El proyectó Black Lines, que cuenta ya con su canal en YouTube e Instagram, no se limita a la promoción del rap como una obra propia de cada uno de sus miembros si no que además “pretendemos que Black Lines sea un canal abierto para todo el que quiera hacer rap”, segura Eneko González, alumno del instituto Axular de Santurtzi y conocido patrón del club de remo de la Sotera y futuro cocinero.

“Yo tengo mi propio canal, pero la gran mayoría de nuestro proyecto se publicará en Black Lines. Yo escribo sobre todo para desahogarme y a través de este grupo intento buscar una rítmica adecuada, algo que hasta ahora no tenía y que con este grupo estoy buscando. Yo hasta ahora era más de one shot, un disparo o un capítulo, un tema grabado de un sola vez”, desgrana Eneko.

El rapero, en su último trabajo declara cosas como que “una mente no brilla frente a una cara bonita, somos productos que luchan en listas que premian la fachada más llamativa”. Toda una declaración de intenciones como la de Aimar Esteban, futuro profesor de Educación Deportiva que apunta que “valorar no es apreciar momentos antes de vivirlos, valorar es saber lo que tienes antes de perderlo”. Una reflexión que corrobora Oyanguren a quien le preocupa caer en la monotonía que se ve a veces en gente que lleva mucho tiempo. El rap, como la vida, va por rachas”, defiende.

“Black Lines Clicka pretende fomentar y extender la cultura del rap en Ezkerraldea ”

Rapero de Trapagaran

“Queremos que el proyecto sirva para apoyar actuaciones de raperos en la zona”

Rapero de Santurtzi

“En Black Lines escribimos para nosotros y rapeamos para el resto”

Rapero de Portugalete