- Aunque como dice el refrán: Nunca digas de este agua no beberé, lo cierto es que setenta y tres días después de declarada la pandemia por el coronavirus, la residencia de personas mayores Otxartaga de Ortuella seguía ayer luciendo en su pizarra el OK, como aquel apunte que durante la guerra de secesión americana anunciaba que el número de bajas de guerra del día era cero muertos. En la guerra contra el covid-19 el OK de Otxartaga significa que ha habido cero contagiados por el coronavirus.

Un reto, el de mantener a raya a la pandemia lejos de los 100 residentes en esta institución perteneciente a la red foral de asistencia a personas mayores y dependientes, que se ha logrado sin que las 73 trabajadoras y trabajadores hayan tenido que enclaustrarse en el edificio que alberga también el centro de día, sino desarrollando un espíritu de colmena que se ha demostrado muy eficaz tal como recogen sendas cartas que dos trabajadoras han compartido con el resto de sus compañeros de fatigas y en las que dan cuenta de esta experiencia ante la pandemia.

"Unos días antes del estado de alarma ya seguíamos protocolos de prevención: utilizábamos mascarillas nada más entrar al centro, nos tomábamos la temperatura y los lavados de manos eran continuos. En las noticias las cifras eran cada vez más tristes con cientos de muertes a diario, enfermos aislados y sobre todo nuestro sector era el más castigado, el más vulnerable. La preocupación cada día iba en aumento. Cuando empezaron a hacernos los primeros test y vimos cómo venían a desinfectar la residencia pensamos: de esta no nos libramos", señala una de las misivas.

El miedo, tanto por los pacientes como por los trabajadores y por sus familias, un elemento común en ambos mensajes, fue un acicate más para desarrollar su trabajo. "Sentimos que teníamos que protegerlos como mejor sabíamos y con los medios que se pusieran a nuestro alcance y toda la información recibida. Estamos orgullosos de pertenecer a este equipo porque en esta batalla hemos estado y estaremos a una porque un día más es un día menos", reza uno de los mensajes de reconocimiento a la labor desarrollada por un equipo en el que figuran desde médicos y fisioterapeutas y animadoras, a enfermeras, auxiliares, cocineras, limpiadoras, mantenimiento, trabajadoras sociales, supervisora, recepcionistas y una peluquera, dirigidos por Victoria Santos. "Siempre nos ha parecido que las personas somos lo más importante pero nunca pensamos que lo fuéramos a ser tanto. Esta pandemia mundial que nos ha tocado vivir y que se ha cobrado tantas vidas, y en especial en las residencias de ancianos, nos ha hecho sentirnos aún más orgullosas de trabajar donde trabajamos", reflexionan en la segunda carta de un trabajador de esta residencia que lleva funcionando desde el año 2007.

El Centro de Día, siguiendo las directrices de las autoridades sanitarias, está suspendido desde el día 13 de marzo. En la actualidad la residencia trabaja con la Diputación en su reapertura cuando se establezca y las condiciones sanitarias así lo posibiliten. Se está estudiando la capacidad (m2 y distribución de espacios) de la residencia para sectorizar el interior y ubicar a los residentes, cómo tiene que ser la convivencia de estas personas dentro de la residencia y el transporte de las 37 personas mayores que acuden al centro.

Residencia. En funcionamiento desde 2007, la residencia foral Otxartaga en Ortuella cuida de 100 residentes a los que atiende con 73 trabajadores.

Centro de Día. Actualmente cerrado, el centro de día tiene capacidad para 40 usuarios aunque ahora había 37 mayores.

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Hasta ayer, día 73 de la pandemia, la residencia mantiene a cero el número de contagios.