Muskiz - La historia de la minería en la costa oeste de Bizkaia vivió ayer una auténtica jornada de exaltación de la mano de las cerca de 200 personas que decidieron aprovechar la jornada dominical para adentrarse en los recorridos de la explotación del mineral de hierro en esta zona de Muskiz. Concretamente, pasearon por los cotos mineros de Pobeña-Kobaron, escenario de algunos de los hitos más señalados de la extracción del mineral de hierro encartado. “La verdad es que nos hemos visto un tanto desbordados por la aceptación que ha tenido esta quinta edición de la ruta de senderismo cultural por la historia minera de Muskiz. Esto sin duda pone en evidencia que cada día más la ciudadanía quiere conocer los entresijos de la historia de una actividad económica que fue primordial para el desarrollo no solo de Bizkaia sino de toda Euskadi”, destacó Ricardo Santamaría, presidente de Trueba Zentroa, encargada de la organización de este evento. Una cita que se suma a la propuesta Pobeña 1890 que convierte cada año a este núcleo muskiztarra en una fotografía de la actividad minera industrial tras la pérdida de los fueros como consecuencia de las guerras carlistas.

“Los parajes que ayer visitaron los participantes en la ruta de senderismo por el coto minero son el legado de aquella explotación inmisericorde de la riqueza que hasta entonces era comunal. Era un elemento que complementaba los ingresos de una sociedad eminentemente rural que tenía en la explotación del mineral de hierro a flor de piel un recurso secular”, sostiene Santamaría. Ayer encabezó uno de los dos grupos en los que hubo de dividirse la actividad cultural programada inicialmente para unas 80 ó 90 personas.

“Nos hemos visto un poco desbordados y a pesar de que el viernes por la tarde dejamos de atender solicitudes, nos hemos encontrado con casi 200 personas inscritas lo que ha supuesto un esfuerzo adicional para llevar esta ruta con un mínimo de orden”, remarcó. Santamaría adelantó ayer que, de cara a próximas ediciones, “valoraremos la posibilidad de fijar un número máximo por grupo e incluso la posibilidad de crear grupos de diferente tipología.

“Hoy (por ayer) nos ha sorprendido sobremanera el importante número de menores que han participado en la ruta y que por su edad no están preparados para aguantar explicaciones muy largas y detalladas de la historia de la minería en la zona por que se cansan o se aburren”, planteó Santamaría. No obstante, se congratuló por el salto cuantitativo registrado en esta edición que casi ha cuatriplicado la asistencia registrado en 2018 cuando la lluvia reunió a poco más de 50 personas en la cuarta edición de la ruta que estuvo marcada por una climatología adversa.

“No se trata tanto de cerrar el acceso a la actividad cultural sino que esta se lleve a cabo con una cierta atención a su objetivo primordial. Nuestro proyecto no es un paseo peatonal festivo por la costa minera de Bizkaia sino un intento de dar a conocer y poner en valor los parajes de esta zona que tuvieron una gran importancia en un momento dado en el proceso de extracción, lavado y carga de mineral de hierro con destino a países europeos, fundamentalmente Inglaterra”, valoraron desde Trueba Zentroa.

Ruta Un objetivo que ayer llevó a los expedicionarios a recorrer algunos de los espacios singulares de la minería en la zona. Fue el caso del lavadero de Campomar o los hornos de calcinación de Kobaron hoy día atestados de una maleza que antes que después acabará por provocar su colapso y posiblemente su derrumbe. “Es una pena ver cómo están los restos de aquella minería. Nadie diría que de aquí haya salido por mar tantísimo mineral y ahora casi no quede nada en pie que lo recuerde. Tal vez las instituciones deberían ser un poco más sensibles con la historia de nuestro pueblo”, reseñaba un grupo de vecinos llegados de Portugalete que en rutas anteriores pudieron acercarse hasta los restos del cargadero Mac Lennan erigido en la costa y que fue una gran obra de ingeniería que tuvo varias fases de ampliación. “Los Mac Lennan multiplicaron su producción y el mineral calcinado en sus hornos era transportado desde Kobaron y se cargaba en barcos de vapor y todo tipo de gabarras”, exponía Ricardo Santamaría ante los participantes en esta ruta. Allí estaban las familias Villanueva -de Castro Urdiales- o Carretón de Muskiz que ayer acudieron con varios menores. “Esta misma semana mi hija ha tenido que hacer un trabajo sobre Meatzaldea. Lástima que la ruta no hubiera tenido lugar la semana pasada porque además de lo que ha podido escuchar en el paseo hubiera podido añadir alguna de las fotos que hemos sacado de los restos minerales y de los paisajes que se pueden ver desde esta zona”, señalaba la amatxu muskiztarra.

Una circunstancia -la didáctica- que bien puede incorporarse al proyecto de divulgación que lleva a cabo Trueba Zentroa que ayer brilló como la vena de Somorrostro. Una vena que se convirtió en seña de identidad de Las Encartaciones, la comarca más occidental de Bizkaia donde se ubicaban los Montes de hierro a los que ya aludía el historiador romano Plinio.

“Su historia y su Fuero se hunden en los tiempos y hasta 1804 no se incorporó al Señorío. La Margen Izquierda y Zona Minera forman desde el Valle de Somorrostro y pertenece a las Encartaciones y su principal riqueza fueron las enormes bolsas de hierro que se denominaba popularmente vena”, exponían los guías de Trueba Zentroa a los asistentes. La ruta de senderismo puso su punto final con una degustación de productos encartados en el albergue de peregrinos de Pobeña. “Ha sido un placer dar un ágape a estos peregrinos que han recorrido el camino de la historia de la minería de Muskiz”, aseguró Santamaría.