COMO dirían en las retransmisiones del Tour de Francia, el desafío se cumplió por debajo del horario previsto por la organización. Calculaban veinte horas y les llevó catorce completar los 250 kilómetros a través de diez municipios de la comarca. Cinco deportistas rubricaron con éxito el Camino Encartado, aunque con algunos cambios en las identidades de los protagonistas. A Olga Osante, Javier Zorrilla e Iker y Aitor Zuloaga se les unió el exciclista David López.

Los imprevistos laborales y relacionados con la salud de seres queridos que sufrieron Iker Lezama, Ion Millán y Eduardo Caldera les impidieron tomar la salida, mientras que Guipu Ramos alternó algunos tramos con la coordinación logística. Así que el 13 de julio a las 7.00 horas empezaron a pedalear desde el Ayuntamiento de Zalla cinco personas. Al igual que en las tres ediciones anteriores, “ha primado el compañerismo” y han descubierto a “una excelente persona” en quien fuera profesional de las dos ruedas, David López. Aunque “vive cerca de Zalla y conoce bien nuestra comarca”, “se quedó maravillado por la cantidad de vías verdes que tenemos” en rutas más secundarias por las que transitó el Camino Encartado. Orientaron el trayecto en primer lugar “hacia Karrantza y Lanestosa, con otro tipo de monte”. Por la vía verde de los Montes de Hierro se acercaron a Galdames, Sopuerta y Artzentales. También tocaron Güeñes, Gordexola y Balmaseda, antes de regresar a Zalla por el bidegorri y el área recreativa de Bolumburu.

La llegada, flanquedados por más amigos que les salieron al encuentro para acompañarles en los últimos metros, “fue espectacular”. A las puertas del Ayuntamiento de Zalla, el alcalde, Juanra Urkijo, y la concejala Nerea Portugués les dieron la bienvenida y les felicitaron. “Nos entregaron un obsequio que les agradecemos de corazón”, cuenta. Como la “excelente acogida” que les brindaron en los ayuntamientos de todas las localidades en las que hicieron un alto.

Restando los breves intervalos de tiempo en los que se detuvieron a comer algo para reponer fuerzas, “pasamos doce horas en movimiento encima de la bicicleta”. “A mí particularmente, que no estoy tan acostumbrado, se me hizo duro”, pero merece la pena. De hecho, ya están pensando en la próxima edición, “posiblemente también en BTT”, después de los tres primeros años a pie. El objetivo es dar a conocer el patrimonio de Enkarterri “para que otras personas puedan hacer lo mismo que nosotros y señalizar el trazado”.