Abanto-Zierbena - La Asociación Bikarte vuelve a facilitar la acogida de niños afectados por la radiación nuclear de Chernóbil, una labor iniciada hace 21 años en ayuda, y también apoyo a aquellos menores de familias desestructuradas o en situación de vulnerabilidad en Rusia y Bielorrusia.

Sesenta menores que llegaron el domingo al aeropuerto de Loiu, dispuestos a disfrutar del verano en Euskadi. “La realidad es que cuando pasan cuarenta días fuera de sus hogares, su esperanza de vida aumenta en dos años. Hemos conseguido que lleguen al aeropuerto de Loiu, sesenta menores procedentes de Bielorrusia y Rusia. Sus familias vascas les estaban esperando con los brazos abiertos; tres de esos pequeños van a vivir este verano en Abanto Zierbena”, explicó la presidenta de Bikarte, Amaia Aretxaga.

Se trata de una asociación benéfica de ayuda a la infancia desfavorecida que promueve la acogida temporal de menores de Rusia y Bielorrusia. Un colectivo nacido en Gallarta, cuyo lema es: No podemos cambiar el mundo, pero sí el mundo de un niño y lleva cambiando el mundo de “más de 2.500 niños y niñas, a través de un millar de familias vascas, en sus más de dos décadas de actividad”, tal y como reseñó Aretxaga

La estancia entre estas familias de acogida temporal permite a la mayoría de los niños rebajar sus niveles corporales de radiación nuclear por debajo de los niveles de riesgo. “Además, se benefician del cariño de una familia, de una alimentación más completa y de una mejora en su crecimiento personal”, indicó la alcaldesa de Abanto Zierbena, Maite Etxebarria, que es una de las madres de acogida este año de uno de los menores bielorrusos.

Familias Desde la llegada de la crisis, cada vez cuesta más encontrar familias de acogida para estos niños, constatan desde Bikarte. “Hace diez años la plaza de Gallarta se llenaba de niños muy rubios, que disfrutaban del verano entre nosotros, ahora son menos y por eso debemos recordar que estos menores necesitan vacaciones en el extranjero para descontaminarse de radioactividad”, rememora Aretxaga.

Bielorrusia contabiliza un 300% más casos de cáncer infantil que el resto de Europa debido a Chernóbil. A esto hay que añadir la precaria situación en la que viven muchos de ellos, con progenitores alcohólicos y extrema pobreza; “Nos da mucha pena tener más niños necesitados que familias de acogida”, concluyeron.