Las galerías de Punta Begoña, en plena y extensa recuperación, son imponentes, llenas de contrastes, de avances hacia el futuro, de retrocesos en el tiempo, tienen algo de enigmáticas y mucho de majestuosas... Hay algo atrayente en ellas, que atrapa. Seguro que mucha gente lo siente, porque la nueva entrega de las visitas guiadas por sus entrañas va ocupando y ocupando las plazas habilitadas.El Ayuntamiento de Getxo ha reanudado esta actividad después de que la pandemia lo paralizara todo y las sesiones para conocer qué esconde este llamativo edificio y cómo van las obras de restauración estarán en marcha hasta diciembre. El descorche de esta nueva etapa se vivió ayer por la mañana y DEIA se introdujo en ese grupo inaugural de unas 20 personas. Esta visita, comandada por las amenas explicaciones de Jon Arroita, demostró que los trabajos en el salón principal, con vistas envidiables a El Abra, van viento en popa: el suelo ha sido restaurado y los ventanales y el gran balcón lucen ya con brío, al igual que esa parte norte de la fachada.

El salón está llamado a ser "el centro neurálgico" en la nueva vida de las galerías, la del siglo XXI, la que se teje cien años después de su construcción. Así lo entiende María Peraita, directora gerente de la Fundación Punta Begoña, presente ayer en el retorno de esta iniciativa. Porque mientras la rehabilitación se desarrolla al descubierto, a los ojos de los visitantes, del público curioso, el salón se convierte en un lugar de uso social y cultural. Ya ha albergado talleres, visitas escolares, funciones de teatro, actividades de Getxophoto y hasta la presentación de la película La higuera de los bastardos o de una colección de la diseñadora Mercedes de Miguel... "Queremos que las asociaciones hagan uso de Punta Begoña y, de hecho, ya nos lo están pidiendo de nuevo", admite Peraita. En breve, regresará también esa faceta de las galerías, desde la ebullición de un salón que antaño ya fue un foco social, político, económico... El dueño de Punta Begoña, Horacio Echevarrieta, fue un empresario gigantesco y no es de extrañar que en su salón cerrara algún que otro acuerdo. Echevarrieta fundó, entre otras compañías, Iberdrola e Iberia, además de astilleros (como los de Cádiz) y petrolíferas. Fue propietario e impulsor de medios de comunicación tradicionales y apostó por otros nuevos como la radio. También se erigió en pieza fundamental en la construcción del metro de Barcelona, la urbanización de la Gran Vía de Madrid y el Ensanche de Bilbao, tal y como recordó el guía durante la visita matutina.

Ese salón principal estaba amueblado con sillones de cuero verde, una chimenea -descompuesta todavía hoy- y una enorme mesa de billar en el centro. El caso es que este corazón del inmueble ha acelerado en su recuperación, como se comprobó ayer. Los suelos están arreglados y las paredes, prácticamente limpias: ya no están los grafitis aquellos de letras de colores, monigotes, figuras... fruto de la época de abandono de Punta Begoña. Sí quedan los decorados reales, algunos de índole fascista y falangista: las proclamas de Arriba España o Viva España, el yugo y las flechas, símbolos del Ejército o figuras femeninas con la mano alzada. Y es que, durante la Guerra Civil, cuando las tropas franquistas entraron en Getxo, el empresario tuvo que ceder, en contra de su voluntad, las galerías para uso del cuartel general del mando italiano. "Cuando Echevarrieta las recupera y se encuentra con todas esas arengas fascistas, el salón se queda para que jueguen sus nietos. No quiere saber nada", comentó Jon Arroita, quien no dudó en calificar la vida de este magnate republicano como de "película absoluta". El guía hizo un repaso a esa fascinante trayectoria desde la terraza superior de Punta Begoña, una explanada envidiable desde la que admirar El Abra.

'Videomapping'

Sin embargo, es el salón el protagonista de la visita guiada. No solo porque refleja la actual evolución de las obras de puesta en valor y porque es un punto estratégico de esa vocación pública del edificio, sino porque en él tiene lugar un espectáculo audiovisual al final del recorrido. Y es que durante este mes y durante mayo, como celebración del centenario de las galerías, se proyecta un videomapping que repasa con colores y pinceladas de historia qué es Punta Begoña. "La gente nos pedía visualizar lo que se contaba en la visita", apuntó María Peraita.

Las imágenes cobraron movimiento en la pared del salón principal donde impone sus formas derruidas la chimenea. Fue el colofón a una iniciativa que encandiló a los participantes. Raúl, de Getxo, ya había asistido a una visita hace años. "Se aprecian mucho las novedades y las mejoras", aseveró. "Por fuera se iban notando los cambios y tenía ganas de ver lo de dentro, tenía mucha curiosidad y me ha parecido impresionante. Además, ha salido un día estupendo para ver las terrazas", agregó. De hecho, estos itinerarios cambiantes buscan hacer hincapié en esa transformación. "Queremos que la gente pueda venir más veces y que cada vez sea distinta", afirmó la directora de la Fundación. También tuvo buenas palabras para la experiencia la sestaoarra Amaia, que acudió con un grupo en el que había cuatro niños. "Me ha gustado porque el guía lo ha explicado muy bien y te vas enterando de todo de manera fácil", valoró. "Nos parecía un buen plan venir aquí a pasar la mañana", añadió.

Las entradas para las visitas, que están programadas hasta final de año, se pueden adquirir al precio de 2 euros en: https://tickets.puntabegonagetxo.eus/es/entradas. Se organizarán los viernes, sábados, domingos y festivos. Es decir, en la Semana Santa que asoma a la vuelta de la esquina, se podrá acudir también el jueves y el lunes. Habrá un turno a las 12.00 horas y otro, a las 17.30 horas. La duración de cada visita es de 60 minutos y, según determine el calendario, la charla será en euskera o en castellano. El punto de encuentro es en el acceso norte, es decir, en la parte del paseo de Ereaga. Es una oportunidad para descubrir datos sobre estas galerías que fueron levantadas en un acantilado como muro de contención de la residencia de Horacio Echevarrieta. Él dijo: Voy a hacer un muro pero que sea algo más. "Lo convirtió en su tarjeta de presentación para todo el comercio marítimo", precisó Jon Arroita. Quería ver y ser visto.

La evolución. El salón, llamado a ser el centro neurálgico de las galerías por su uso social y público, tiene ya recuperado el suelo, los ventanales y, prácticamente, las paredes. La fachada de esa parte también ha experimentado grandes avances.

Las visitas. Tras la pandemia, se reactivan las visitas todos los viernes, sábados domingos y festivos hasta diciembre. Habrá dos turnos por día.

Expertos. María Peraita es la directora de la Fundación Punta Begoña y Jon Arroita ejerce de guía de las visitas.