COMPLETAR la Triple Corona es el sueño de cualquier nadador de aguas abiertas”. Así se expresa Joserra Sanz a su vuelta de Estados Unidos, donde ha firmado su última proeza, la que lo ha aupado desde el mar hasta el cielo. Este leioaztarra es el primer vizcaino que logra la Triple Corona, es decir, el único que ha realizado a nado con éxito las tres pruebas más exigentes del mundo. En el Estado, es el décimo y en el mundo, el número 218. Le faltaba el recorrido entre la isla Santa Catalina y San Pedro, en Los Ángeles, y... ¡conseguida!

“En esta ocasión, la travesía ha sido nocturna para evitar los vientos que vienen de tierra al mar durante el día. He tardado 10 horas y 53 minutos, de los cuales unas 8 horas han sido de noche. En la playa de salida, había unos leones marinos dormidos y durante la travesía nos cruzamos con una manada de delfines muy grande. Durante la noche, te tocaban cosas que no sabías lo que eran: algas, peces... Creaban intranquilidad aunque sin crear problemas”, evoca Joserra, miembro de Ur Irekiak Galea Taldea. Así que tuvo que ir avanzando durante 35 largos kilómetros con esas sensaciones extrañas, en la oscuridad y con alguna otra dificultad. Sus brazadas fueron titánicas, sin duda. “El agua estaba a unos 18-19 grados y no muy movida, aunque no encontré buen ritmo en casi toda la travesía. La noche se me hizo muy larga. Me ayudó Edu Porset, un compañero de equipo que me acompañó y al que dejaron meterse un par de veces durante una hora para acompañarme. Eso se agradecía”, admite este leioaztarra, acostumbrado a doblegar las adversidades. Este vecino de Leioa ya realizó el año pasado el esfuerzo mayúsculo de cruzar el Canal de la Mancha -la prueba más de la Triple Corona-. Frío, corrientes puñeteras y hasta medusas fueron los indeseables compañeros de viaje de Joserra a lo largo de trece horas de natación extrema. En 2017, el desafío comenzó con la Manhattan Island Marathon Swim, en la que hay que rodear la isla de Manhattan (Nueva York, Estados Unidos) en sentido contrario a las agujas del reloj y siguiendo un circuito establecido.

más que nadar Y siempre, en todos sus retos acuáticos, Joserra tiene presente a sus familiares, amigos y miembros del equipo getxotarra. Bueno, de hecho, algunos están junto a él en sus hazañas. Esta vez, entre otros, se encontraban su mujer Amaia Deprit y su amigo Chusmi Alonso -igual que el año anterior en el Canal de la Mancha-. Pero, sobre todo, este nadador se acuerda de manera especial de otra persona: Maialen Aulestia. “Me metí en esta aventura con un doble objetivo: es un reto personal y también solidario, para ayudar a Maialen Aulestia y dar visibilidad al Síndrome de Donohue”, destaca.

Pero en este periplo americano, este récordman todavía pasó más tiempo en el agua. “Fuimos a San Francisco, y para rematar el viaje hicimos la llamada Fuga de Alcatraz. Junto a Agurtzane Domingo y a Eduardo Porset, de mi equipo, nadé desde la mítica isla donde está la cárcel más famosa del mundo hasta San Francisco. Es una travesía que hay que hacer sí o sí”, asegura este nadador sin límites.