Las rabas se pedían ayer en el Puerto Viejo de Algorta con muchos acentos: afrancesado, gallego, catalán? Andrea, atendiendo la terraza del bar Arrantzale, apenas daba abasto. “Está a tope? ¡Mucho curro! Y ha sido así los días anteriores también. Un no parar. Ha venido mucha gente del sur, de Madrid, de Barcelona?”, comentaba amablemente mientras retiraba los vasos de una mesa que se acababa de quedar vacía y ya iba a ocuparse de nuevo. En efecto, el rincón más marinero de Getxo estaba ayer a rebosar. Los turistas se han acercado una Semana Santa más hasta la localidad para conocer sus encantos y, de la misma manera, muchos de los vizcainos que no han viajado fuera han optado por desconectar al pasear y tomar algo por el Puerto Viejo y el entorno de Ereaga. Y hasta hubo ya contacto con la playa, aprovechando los tímidos rayos de sol -además, la marea tan baja permitió ver el arenal de una forma distinta a la habitual-.

Paloma y Alberto son dos madrileños que estos días han ido a Donostia, Lekeitio, Bilbao y que ayer estaban por Getxo. “Nos apetecía mucho venir; queríamos ver el mar y comer bien”, admitían. Y es que esa es una combinación ganadora. La fórmula mágica para Bizkaia. Porque muchos de los visitantes que poblaban el Puerto Viejo reconocían que la gastronomía era uno de los platos fuertes del Territorio como destino. “Y entre lo que más nos ha gustado, la comida”, aseguraba la familia compuesta por Esther, Blanca, Estela y Alberto. Claro, habían estado el sábado comiendo una chuleta en uno de los restaurantes de Artxanda? Pero estos barceloneses se mostraban encantados con todos los parajes vizcainos visitados: Bakio, Mundaka, Gernika, Bermeo... Sobre todo, con ese que tanto cuesta pronunciar: San Juan de? Los gallegos María y Rober también se dejaron embaucar a través del estómago. “¡Genial con los pintxos! Creo que no nos va a entrar el uniforme del trabajo”, afirmaban.

Las vistas Las genuinas casitas del Puerto Viejo sonrieron para las muchas fotos que protagonizaron, al igual que los arrantzales que dan la bienvenida al Etxetxu y junto a los que se divisa el horizonte -el Serantes, con la compañía de las nubes, no mostraba ayer por completo su esplendor. A ver cómo está hoy en Cornites-. También posaron para las cámaras las inconfundibles escaleras, como escenario de unas buenas vacaciones o de un día agradable de relax para los autóctonos. La playa y el paseo de Ereaga también fueron vía de escape para los de aquí y de descubrimiento para los turistas. Hasta el presentador Iñaki López, junto a su pareja, Andrea Ropero, y el hijo de ambos, pasearon por la zona ayer.

Habrá que esperar a los datos del Ayuntamiento para saber cuántos turistas han recalado en Getxo esta Semana Santa que ya se apaga -hoy solo es festivo en ocho comunidades de España- y ver si se han superado los registros del año pasado, que fueron muy positivos. Y es que en 2018, y contando también la Semana de Pascua, 2.662 personas fueron atendidas en la Oficina de Turismo de Ereaga y en el Punto de Información Turística del Puente Bizkaia, lo que supuso “un 5,7% más que en 2017”, por lo que fueron “los mejores datos en esta época desde 2013”, según explicó la concejala de Turismo, Irantzu Uriarte. “En los días festivos de Semana Santa, cuando se mueve más del doble del número de visitantes, hemos registrado una subida del 17,79% y, ahí, el número de personas extranjeras se ha incrementado el 76,13%. Esta cifra es muy satisfactoria porque, si bien no es nuestro público mayoritario, trabajamos por seguir atrayéndolo”, indicó, asimismo, la edil. Y parece que Getxo sí va conquistando a franceses, ingleses... Sus idiomas se hablaban ayer en esas calles por las que se detiene el tiempo en el Puerto Viejo, el tranquilo enclave con vistas al mar que bulle en fechas señaladas.