La evolución de la calidad del aire de Durango continúa mejorando año a año a lo largo de las últimas dos décadas, según los datos registrados en la estación de calidad del aire incluidos en el Informe Anual de la Calidad del Aire 2020 elaborado por el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco. El informe hecho público ayer miércoles concluye que todos los valores referidos a los contaminantes contemplados para medir la calidad del aire en Durango se han mantenido por debajo de los límites establecidos por la normativa.

La estación de Durango, ubicada en la calle San Roke, permite medir la presencia en mayor o menor medida de contaminantes en la atmósfera que puedan ser nocivos para la salud humana y para el medio ambiente en su conjunto. La estación de calidad del aire dispone de analizadores automáticos para medir dióxido de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2), monóxido de carbono (CO), ozono (O3), partículas (PM10 y PM2,5) y también el benceno.

En lo que a los resultados se refiere, el material particulado (PM10 y PM2,5), que es capaz de llegar a los pulmones donde puede causar inflamación y el empeoramiento de la salud de aquellas personas con enfermedades de corazón y pulmón, lo constituyen todas aquellas partículas cuyo diámetro es menor de 10 y 2,5 micrómetros (micras). La estación de Durango recogió niveles similares o incluso menores de partículas PM10 a otros puntos urbanos de Bizkaia, "cumpliendo desde hace unos años sobradamente los niveles límite establecidos por ley", inciden.

Además, desde 2015 se cumplen los niveles guía de la OMS. En 2020 el valor medio alcanzado fue de 15 microgramos por metro cúbico (µg/m3), tendencia estos últimos años claramente a la baja. El informe también muestra cómo la medición de PM2,5, que se realiza desde 2014, en comparación con otras estaciones de similares características, no registra niveles superiores. De hecho, la tendencia en Durango es a reducirse.

Respecto a la evolución del parámetro dióxido de nitrógeno (NO2), se aprecia que su nivel y su tendencia es como en otras estaciones urbanas de tamaño medio de Bizkaia, bastante mejor que en poblaciones de mayor tráfico.

Fue a finales de 2017 cuando se detectaron en Durango niveles localizados de benceno superiores a los detectados en otros entornos de la comunidad autónoma en una campaña de medición realizada en una zona urbana donde conviven viviendas con actividad industrial. "Tras un exhaustivo estudio de fuentes, se descubrió que el principal origen del benceno era la colada de fundición sobre modelo de poliestireno expandido. Para atajar el problema, se trabajó en colaboración con las dos empresas de la zona que realizaban ese proceso y emitían benceno, quienes en un tiempo muy breve proyectaron y ejecutaron unas medidas correctoras, con una inversión de 1,7 millones de euros en conjunto, que se pusieron en marcha entre febrero y marzo de 2020", explican. Los datos del primer periodo de medición concluían que las medidas adoptadas habían sido insuficientes por lo que con fecha del 12 de febrero de 2021 se solicitó un nuevo plan de acción que contemplase medidas adicionales en relación a las emisiones difusas. En agosto de 2021 se decidió reforzar la comprobación de niveles de benceno con dos puntos más. Aunque de momento no se disponen de todos los resultados, los valores se han obtenido han sido en estos puntos por debajo de las concentraciones que recoge la UM7.

El Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco "va a seguir trabajando en la resolución del problema puntual que existe en uno de los barrios de Durango". En este sentido, se seguirá midiendo a través de la unidad móvil la zona que está mostrando el problema para comprobar la efectividad del plan de acción que está llevando a cabo la empresa y está siendo supervisado por este Departamento; y se continuará apoyando con subvenciones a las inversiones de mejora ambiental necesarias en la zona.