Desde el inicio de la actual crisis sanitaria y la declaración del estado de alarma, las y los voluntarios de la delegación de Cruz Roja Duranguesado, fieles a su cometido de protección, cercanía y solidaridad, han sido parte activa de la gran red de apoyo que se formó en la comarca para tratar de mejorar el día a día de los colectivos más vulnerables y ayudar a frenar la curva de contagios del covid-19. Durante los últimos tres meses y medio, han realizado más de 500 asistencias sanitarias y traslados, atendido a cerca de 1.500 beneficiarios, realizado 1.300 llamadas de seguimiento, cientos de repartos de medicamentos y entregas de productos de alimentación e higiene y de mascarillas quirúrgicas.

Detrás de cada intervención y de cada gesto heroico que han realizado de forma totalmente desinteresada, se esconde un hecho que va más allá de los números o de una cantidad y es que no ha sido un camino fácil de recorrer. Cada intervención o llamada realizada han adquirido una nueva dimensión en un contexto de incertidumbre al que han sabido responder. Ahora, inmersos en la nueva normalidad y después de dejar atrás meses de intensa actividad, la base de la Cruz Roja de Amorebieta-Etxano pone sus ambulancias en estado nuevo para recuperar su actividad anterior, de prevención en actos o eventos sociales, aunque seguirán de cerca y dispuestos a las posibles nuevas necesidades que puedan presentarse.

Alain Bravo, Esti Cámara, Leire Belmonte, Oscar Abasolo, Endika Iñurrieta, Oscar Filgueira y Henry Albarado son solo una pequeña parte de la red de voluntarios de la Cruz Roja Duranguesado. Una red que cuenta con la ayuda altruista y solidaria de más de 60 personas, que no han dudado en seguir dedicando su tiempo y esfuerzo a la lucha frente al covid-19, y a la que también se han sumado más de medio centenar de nuevos voluntarios para poder seguir cubriendo diversos servicios básicos durante la pandemia.

Juanan Heredero, presidente de la asamblea comarcal de Cruz Roja Duranguesado reconoce que “han sido meses muy distintos, con mucho trabajo, momentos duros y jornadas muy largas, pero el confinamiento también nos ha permitido disponer de más tiempo para organizar turnos, guardias y poder ayudar a la gente”, explica.

Cobertura sociosanitaria

Y es que el arrollador comienzo de la pandemia mundial provocó un colapso sanitario y evidenció unas necesidades y carencias sociales donde fue necesario aunar esfuerzos y servicios. De esa forma, las y los integrantes de la ONG del Duranguesado se pusieron a disposición del Plan Cruz Roja Responde para dar cobertura sociosanitaria en toda la comarca. Lo hicieron centrados principalmente en dos grandes áreas del servicio básico: la de socorrer o el refuerzo sanitario y la inclusión social con diversas acciones de seguimiento, reparto y prevención.

Con el fin del estado de alarma y avanzando en la nueva normalidad, la base de Cruz Roja de Amorebieta-Etxano vuelve a recuperar su día a día previo a la pandemia. “Han sido tres meses y medios muy duros de muchas guardias y en estos dos meses queremos bajar un poco el ritmo a las y los voluntarios y sobre todo volver a cargar pilas por si tenemos que volver a estar en red. Sin ninguna duda si surge una nueva necesidad o una petición volveremos a estar disponibles”, afirman.