Defendiendo la necesidad de "poner a la cultura en el sitio que merece", Arantza repasa la situación actual del recinto durangarra y adelanta que "habrá mucho arte en vivo este verano".

¿Cómo ha vivido estos meses lejos de San Agustín Kultur Gunea?

—Personalmente en 22 años es la primera vez que estoy tanto tiempo sin entrar a San Agustín, y aunque hemos podido hacer trabajo de gestión desde casa, no es lo mismo y se ha hecho muy raro.

¿Cómo afronta la vuelta tras el coronavirus?

—Se afronta la vuelta con prudencia, pero con ganas. Intentando conocer bien todas las medidas para poder abrir y deseando volver a disfrutar de espectáculos en vivo.

¿Cómo afectará la crisis sanitaria global a la industria del teatro?

—Las artes escénicas ya eran un sector muy castigado y muchos trabajadores del sector, no solo actores y actrices, sino todo el personal que sostiene la profesión como las personas de dirección, escenografía, técnica, distribución etc., viven en muchos casos con contrataciones precarias y esta crisis ha hecho que sea más evidente. Puede ser que algunas compañías no se puedan mantener, va a depender de cómo se pueda recuperar a medio plazo.

¿Esta realidad obligará a cambiar la forma de recibir la cultura?

—Yo creo que esta situación tiene que obligar a cambiar la forma de entender la cultura; hay muchas maneras de recibirla, pero no la podemos entender como algo secundario. Tenemos que entender la cultura como algo necesario en su sentido más amplio. Hay que darles a los creadores el valor que tienen. Sin consumo de cultura este confinamiento hubiera sido terrible, sin películas, sin series, sin libros o incluso sin teatro virtual. Hay que poner a la cultura en el sitio que merece.

¿El covid-19 amenaza la esencia del teatro?

—En parte sí. Es difícil entender el teatro sin disfrutarlo en vivo. El placer del oscuro en el patio de butacas, se enciende las luces y vives un momento único e irrepetible y eso no te lo da una pantalla. Personalmente pienso que no es lo mismo, volveremos a ello, pero como en muchas otras cosas, cuando hay afición los sustitutivos se aceptan bien y se descubren emociones.

Como suele ocurrir en estos casos, a las artes escénicas les toca reinventarse.

—Ha habido iniciativas para reinventarse. Yo he asistido a una obra de teatro desde el salón de mi casa durante este confinamiento. No era un vídeo, era un monólogo en directo ofrecido a través de una plataforma digital para 20 personas, pero las artes en vivo son insustituibles.

¿Piensa que hay que crear un sistema nuevo a todos los niveles en las artes escénicas?

—No a todos los niveles, pero sí en algunos aspectos de la profesión. Por ejemplo, con las contrataciones de actrices y actores. En Europa funcionan de otra manera y están más protegidos desde lo público.

¿Cómo ha afectado la pandemia a la programación de esta temporada?

—Pues la verdad es que hemos suspendido muchas actividades. Se han aplazado los espectáculos profesionales de la programación estables que se podían, pero algunos de ellos cómo el Topaklown o los finales de curso con las diferentes escuelas de teatro, música y danza son irrecuperables este año.

¿Habrá teatro de calle en verano?

—Sí, habrá mucho teatro, música, danza, circo€ Arte en vivo, durante todo julio y todo agosto, en diferentes barrios, plazas y calles. En ello estamos trabajando.

¿Qué respuesta espera por parte del público?

—Estoy segura de que va a funcionar bien. Los espectáculos de calle siempre tienen buena aceptación y seguro que conseguimos estar todos cómodos y disfrutar. Ese será el objetivo: cumplir todas las medidas necesarias y a su vez poder disfrutar del pueblo.

¿Le preocupa que el público sea reacio a volver a San Agustín?

—Esto sí me preocupa. Creo que va a costar un poco, pero confiamos en ofrecer todas las garantías y darlas a conocer lo suficiente, como para que sientan el edificio como un espacio seguro, y les apetezca disfrutar de espectáculos en vivo que se habrán echado de menos.

¿Considera que la industria teatral es una de las más perjudicadas?

—No sé si la más perjudicada, pero sí la que yo más conozco y sé que ha sido muy perjudicada.

¿Cuándo cree que volverán las artes escénicas a la normalidad?

—La palabra normalidad resulta un poco lejana todavía. No me atrevo ni a pensarlo, hay que adaptarse a lo que venga y esa será la normalidad.

¿Qué mensaje mandaría a los que se dedican a este mundo y viven la angustiosa incertidumbre de lo que pasará a partir de ahora?

—Es difícil dar mensajes cuando hay incertidumbre por delante. Más que mensaje, transmitir fuerza y apoyo.

"Habrá mucho teatro, música, danza, circo€ Arte en vivo, durante todo julio y todo agosto, en diferentes barrios, plazas y calles"