Son vendedores de cerveza, pero para Eduardo Saiz Lekue, uno de los fundadores de la marca La Salve y para su socio, Jon, esa es solo una parte de su realidad desde hace siete años; la otra, y no por eso menos importante es que conservan las raíces e historia de una marca arraigada a la tierra y cuya creadora, hace ya 130 años, fue una mujer con personalidad que se llamaba Lucía Yarza. Es concretamente a ella a quien esta mañana, en el paseo que lleva su mismo nombre en la villa, La Salve, le ha rendido un merecido homenaje, no exento de sorpresas. La marca cervecera ha aprovechado el evento para presentar su nueva creación.

Nueva cerveza y en esta ocasión con nombre propio.

—Así es y no es un nombre cualquiera, sino de una mujer, Lucía Yarza, que ha sido clave en lo que hoy en día es la marca en Euskadi y fuera también de nuestras fronteras. La creadora de La Salve ha marcado los mimbres de una firma que ha querido conversar, por encima de todo, esa esencia que la hace única y diferente.

Lucía Yarza. Una mujer con personalidad... ¿Así es la nueva cerveza?

—Sí (rotundo). Es una cerveza rubia, con personalidad, carácter y que deja huella.

¿De qué manera deja esa huella?

—La primera es con los sabores y aromas de nuestra cerveza, elaborada, como el resto de las marcas, con productos de calidad y de kilómetro 0. Nuestro reto es fabricar una bebida pensada siempre en nuestros clientes de la zona norte. Y la segunda, intentamos dejar huella estando presente en los eventos, en los festivales de música, encuentros deportivos...

Sois parte de la ciudad.

—Nosotros vendemos cerveza, pero lo importante desde nuestra puesta en marcha es que queremos estar en las cosas que sucedan en nuestro alrededor, ser parte activa de las cosas que suceden en Bilbao y en los alrededores.

Marca del Festival Harro, de eventos deportivos...

—A nosotros no nos gusta hablar de patrocinios, sino de formar parte de esas cosas que se organizan en la ciudad y que están cerca de la gente.

¿Qué tipo de cerveza se consume más en Euskadi?

—Depende del momento. Lo importante es elaborar distintos tipos para contar con variedad. No es lo mismo tomarse una cerveza con 15 grados y sirimiri, que cuando un sevillano se la toma con un calor de 35.

Claro, con calor apetece más.

—No tiene por qué, por eso es importante lo que hacemos. Hasta ahora, pese a las diferencias de clima y de los gustos con eso de la globalización se consumía el mismo tipo de cerveza en todo Estado.

La pandemia comienza poco a poco a ser historia, pero...

—...pero fue duro sobre todo para los hosteleros.

Supieron estar al lado del sector.

—Lo intentamos. Pusimos en marcha el reparto de cerveza a domicilio y el dinero de ese reparto lo donamos al sector de hostelería, fue lo mínimo que pudimos hacer en aquellos momentos tan complicados.