Agurtzane Telleria es guía turística en la Oficina de Turismo de Bilbao. Lleva ya muchos años regalando sonrisas a los turistas y no duda en seguir haciéndolo. El año pasado la oficina no tuvo mucha actividad por el covid-19, que afectó notablemente al sector turístico bilbaino. Telleria no pudo hacer lo que más le gustaba como ella quería, pero ahora que el turismo ha repuntado en Bilbao ha llegado con las pilas cargadas y más feliz que nunca.

¿Cómo está yendo el verano?

—En las visitas que ofrece el BIT -Bilbao Iniciativas Turísticas-, parte de las cuales estoy haciendo, se está notando especialmente desde mediados de julio un aumento de participación, ya que han estado todas completas con el máximo aforo aceptado en estos momentos que son 20 personas. Como mucho, por motivos familiares, puede haber 21 personas.

¿Se ha recuperado el turismo con respecto a antes de la pandemia?

—Algunos países ponen obstáculos para viajar, lo que impide a algunos turistas hacerlo libremente. Se está recuperando pero paulatinamente; no estamos en la misma situación de la época prepandemia. La Oficina de Turismo de Bilbao en estos momentos está ofreciendo dos visitas oficiales que son las más demandadas: una corresponde a la primera parte de la historia de Bilbao, que es la ruta del Casco viejo, y la otra muestra el desarrollo posterior de finales del siglo XIX y hasta nuestros días, que es la ruta del Ensanche que culmina en el inicio de Abandoibarra.

¿Cómo ha afectado la pandemia a Bilbao con respecto al turismo?

—Tanto las instituciones como las empresas han tenido que adaptarse a las normativas de limitación de número de participantes. Supongo que a nivel institucional han tenido que repensar su futuro. Claro que afecta y ha afectado. En relación a las visitas, sin ir más lejos, antes no solo se ofertaban 40 plazas, sino que se hacían varios grupos de manera simultánea, algo que de momento no está aprobado ni contemplado.

En cualquier caso, hay más visitantes que el año pasado, ¿no?

—Más que el año pasado sí, a pesar de que en estas mismas fechas ya habían empezado a venir unos pocos pero hubo una recuperación en cuanto a cifras de contagios y se limitaron los niveles de participación.

¿Cuándo se empezó a notar una mayor afluencia?

—Se ha notado bastante desde finales de junio pero especialmente en julio y agosto, ya que a nivel de participación en las visitas se ha pasado de seis participantes a un máximo de diez y luego a veinte participantes. Esta semana es un poquito especial porque corresponde a Aste Nagusia y se doblan todas las visitas: se están haciendo tours todos los días de la semana.

¿Hay muchas reservas para las rutas? ¿Se llenan rápido?

—Hay bastante demanda; hay gente que se ha querido apuntar a una visita y no ha podido; la reserva telefónica se tiene que hacer con varios días de antelación.

¿Debido a ello han tenido que poner más rutas?

—No, ha sido por cuestiones sanitarias. Lo mismo que se está doblando el número de personas también se intenta no saturar las zonas turísticas con la oferta del BIT. En la situación prepandemia el número de participantes podía llegar hasta 40 y, además, en ocasiones se doblaban las visitan, es decir, salía más de un guía pero en estos momentos, no.

¿Ha cambiado el perfil del turista con respecto a antes de la pandemia?

—Sí, porque en estos momentos hay más turista estatal (de Madrid, Catalunya...) pero se debe a la situación global. El turismo se ha incentivado mucho dentro de las fronteras.

¿Qué es lo que más les llama la atención a los turistas?

—La transformación. En especial los que hacen las dos visitas ven una evolución. Se puede hablar de tres 'Bilbaos': el antiguo, el moderno y el contemporáneo. Están perfectamente casados y forman un todo, aunque están bien diferenciados. La historia de transformación de Bilbao es quizás lo que más se aprecia porque visitar cualquier edificio tiene interés en sí, pero la capacidad de reinventarse de la ciudad es atractiva.

¿Por qué eligen Bilbao?, ¿Qué les ofrece como ciudad?

—Bilbao es un punto de partida para conocer Euskadi. Además tiene ventaja, porque no tiene una excesiva masificación, tiene un turismo de calidad a nivel gastronómico, tiene naturaleza... Y como ciudad tiene mucha oferta cultural.

Antes ha comentado que las rutas que ofrecen son por el Casco Viejo y el Ensanche. ¿Cree que ha llegado el momento de expandirlas a otros lugares?

—Sí, sin duda; yo creo que Bilbao tiene mucho que ofrecer. Y, por supuesto, hay posibilidades en estos momentos.

"Aún no estamos en niveles de época prepandemia pero se está notando una mayor afluencia de turistas, sobre todo en julio y agosto"

"Hay gente que se ha querido apuntar y no ha podido al estar completo; la reserva se tiene que hacer con varios días de antelación"