La pandemia y sus consecuencias, entre ellas las limitaciones de movilidad, han modificado la curva de población de algunas ciudades como Bilbao que mantienen un equilibrio poblacional gracias en parte a la llegada de extranjeros. Según los datos de bajas y altas del padrón con respecto a 2019 el número de extranjeros se habría reducido a la mitad y también han disminuido los vecinos de otros municipios de Bizkaia o del Estado que se asientan en la villa. Sin embargo, a pesar de las primeras hipótesis que barajaron los portales inmobiliarios más destacados del Estado, no se ha notado variación con respecto a la marcha de bilbainos y bilbainos a municipios de los alrededores.Unas van y otros vienen y curiosamente el cruce de vecinos se produce prácticamente entre los mismos municipios de Bizkaia y en casi igual número. No ocurre lo mismo con los países. Llegan fundamentalmente de Colombia, Nicaragua, Venezuela, Marruecos y Paraguay y se van a Colombia, Reino Unido, Alemania, Francia y Estados Unidos.

La concejala de Atención y Participación Ciudadana, Ohiane Agirregoitia, analiza los datos de Bilbao atendiendo a los cambios provocados por la pandemia. En este sentido, señala que “las limitaciones de movimientos se han visto reflejadas en los datos. De ahí que en 2019 las altas eran 21.049 y en 2020 descienden hasta los 15.130”.

Las mayores variaciones de población se dan en lo que se refiere a inmigración extranjera. “Así, si en 2019 llegaron a Bilbao 6.458 personas, en 2020 solo lo hicieron 3.207. Son movimientos naturales teniendo en cuanto los propios movimientos internos de Bizkaia”, analiza la concejala de Participación.

En cuanto a los movimientos entre municipios vuelven a bajar con respecto a antes de la crisis sanitaria. Sin embargo, no cambian las preferencias. En este sentido, en el top de inmigración se encuentra Barakaldo, Getxo, Basauri, Erandio y Portugalete mientras que la emigración de Bilbao tiene una foto similar. Los bilbainos y bilbainas que abandonaron la capital para instalarse en Barakaldo en 2020 fueron 482; 288 se ubicaron en Getxo; 206 en Basauri; 160 en Erandio y 152 en Sestao.

A pesar de que la pandemia ha evidenciado la necesidad de espacios verdes y zonas amplias de esparcimiento los datos no reflejan ese cambio de gustos en cuanto a la localización de las nuevas residencias. En este sentido, la concejala matiza que hay que situarse en puestos más allá de los primeros 20 para encontrar desplazamientos a otras zonas como Sopela. Se percibe tímidamente que en cuanto a la llegada de vecinos de otros municipios a la capital el mayor descenso en el territorio se produce entre los vecinos procedentes de Getxo.

Fuera del territorio

A nivel Estatal el cambio de residencia más frecuente es a Madrid, seguido de Cantabria, Gipuzkoa, Araba y Burgos. Y son las mismas comunidades desde donde emigran más personas para instalarse a Bilbao, salvo en el caso de Barcelona una capital de la que Bilbao recibe una media de 150 vecinos al año y que este año no se sitúa en a lista de las ciudades a las que van los bilbainos.

En este caso sí se nota ligero descenso de inmigrantes pero también de emigrantes como fruto de la pandemia. Y la cifra se acusa aún más si se toma como referencia otros países. Colombia se sitúa a la cabeza tanto de personas que llegan a Bilbao como las que se desplazan a este país. Otros países desde donde más vecinos llegan a asentarse en la capital son Nicaragua, Marruecos, Venezuela, Reino Unido. En cambio, los bilbainos optan por Francia, Reino Unido, Estados Unidos y Alemania. En 2020 estos movimientos fueron los que más acusaron las consecuencias del covid reduciéndose prácticamente a la mitad los recibimientos.

Por distritos, Casco Viejo, Abando y Rekalde son los distritos a los que más nuevos vecinos llegan pero también son los que más gente pierden, lo que equilibra su curva de crecimiento.

El sociólogo Xabier Aierdi pone en valor la necesidad de que la población emigrante mantenga la cifra de los 350.000 habitantes en la villa. “La población emigrante, en la medida en que llegue mantendrá en 350.000 personas la población de la villa. Pero si la migración se retrae porque las condiciones son peores o porque tengan peores expectativas la demografía irá decreciendo en una media de 5.000 en 5.000 personas por año”.

Aún así, mantiene cierto optimismo y confía en que la pirámide de Bilbao se mantenga en un equilibrio de no menos de 340.000 habitantes.

Para este sociólogo. y a pesar de lo que se ha dicho. Bilbao va a seguir siendo una ciudad atractiva . “Se habla mucho de la España vaciada pero en concreto en el caso vasco no se van a dar ese tipo de movimientos. Puede ser que en determinados momentos haya población joven que puedan irse a vivir a zonas más rurales, pero no tanto en términos de ruralidad como de habitabilidad. Nos vamos a encontrar así en zonas como Getxo, Larrabetxu, o las zonas residenciales de Mungia”. Mantiene, sin embargo, que es una población que se ha ido pero que entra y sale en diferentes momentos.

En su opinión, a nivel de Euskadi la única cuestión que puede ocurrir es que haya una mayor concentración en las ciudades y es lo que creo que va a pasar en general en todas”. Señala que “pensar que los municipios deshabitados se van a repoblar es más un deseo que una realidad. Hay muchas zonas de las que la gente se ha ido y habrá que pensar por qué se habrá ido, porque esas zonas han desplazado a la gente a favor de las capitales. No creo que se produzca una reversión”.

No obstante, Aierdi considera que estamos en las primeras fases de un problema muy gordo “porque la gente joven no va a querer y más que nada no va a poder tener hijos por un problema de vivienda. A esto se añade las nuevas pobrezas porque los jóvenes no pueden en muchas ocasiones ni alquilar una vivienda y si lo hacen lo que ocurre es que no pueden tener hijos porque la gente va a querer seguir utilizando la vivienda más como un objeto de negocio y de lujo que como objeto residencial o de habitabilidad”.

Para este sociólogo, “este es un tema de hincar el diente porque las cuestiones se van a dificultar y no creo que en este sentido Bilbao sea un buen sitio para ir a movimientos de este tipo. Ocurre lo mismo en Donosti. Son ciudades muy caras donde todos estos procesos de precarización van a generar un problema a medio plazo, con dificultades extremas”.

A pesar de ello, recientemente la OCU realizó una encuesta a consumidores que viven en las 15 mayores ciudades del Estado entre las que se cuenta Bilbao. Comparando con Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Málaga, Murcia, Palma de Mallorca, Las Palmas de Gran Canaria, Alicante, Córdoba, Valladolid, Vigo y Gijón, la capital vizcaina se sitúa en los primeros puestos como una de las ciudades mejor valoradas. Entre otras cosas de la alta calidad de vida, está el atractivo que tiene para las familias.

“Han disminuido las personas que han llegado a Bilbao, entre municipios casi es lo mismo”

Concejala de Participación Ciudadana

“Si la población migrante se retrae por las dificultades, Bilbao puede perder 5.000 habitantes por año”

Sociólogo