Iván Allue Hermosilla es la persona que se esconde detrás de Txistuman. Un proyecto que aspira a hacer llegar el amor por la música a la infancia a través de divertidos conciertos didácticos. Mientras el sueño de Iván permanece confinado entre cuatro paredes, él se empeña en animar la cuarentena a todo el que le quiera escuchar. Lo hace además preparando sus actuaciones al detalle. No deja nada a la improvisación. "Quiero hacerlo bien. Además de canciones tradicionales, hago versiones de temas modernos para adaptarme al público. Son cosas que no he tocado nunca, así que primero las ensayo", comenta. Cada día, después de comer, se pone a ello. "Mi mujer se va a leer y yo preparo la actuación" que tiene lugar a las 20.00 horas, tras los aplausos a los sanitarios. Los afortunados en escuchar los sonidos de sus variopintos instrumentos de viento, desde la dulzaina hasta la gaita, son los residentes en San Inazio. Concretamente, de las calles Larrako Torre y Pedro Astigarraga. "Ya podíamos tenerte como vecino", le trasladan quienes viven más lejos, un piropo que le hace especial ilusión. Ya prepara un concierto fin de cuarentena. "Me lo piden. Y yo encantado", promete Txistuman. -