LLevo viviendo 35 años en Atxuri, y cuando me dijeron que se cerraba la estación del tren no di crédito porque es algo muy emblemático para nosotros, pertenece a Bilbao, no se puede quitar”, afirma Almudena del Río, camarera del Floren, un bar situado frente a la estación. La noticia de que los trenes dejarían de llegar a la centenaria terminal remodelada por Manuel María Smith, el arquitecto del Hotel Carlton, cayó como un jarro de agua fría en este barrio acostumbrado al tránsito de pasajeros. A finales de año, está previsto que la Línea 3 de Metro Bilbao acabe integrando los convoyes que tienen como destino y origen Bermeo, como ya hace con las unidades con origen en Durango y Donostia.

Por ahora no se sabe cuál será el futuro de la estación, pero lo que el barrio no quiere es que “acabe en el olvido”, comenta Jaime Ortiz, quien guarda recuerdos entrañables de cuando sus abuelos venían a Bilbao en Aste Nagusia desde Mundaka y le traían un regalo. “Es una pena, porque Atxuri forma parte de mi vida”, comenta este vecino de 40 años. Jaime ha escuchado “rumores” sobre el proyecto de crear un museo del ferrocarril en las instalaciones. “No está mal que hagan ese museo, pero lo ideal sería que siguiera funcionando como estación”.

En los establecimientos cercanos la gente habla y sugiere otros usos, como un centro cívico. “Lo que oyes de las asociaciones del barrio es que el edificio se debería dedicar para beneficio del barrio. Pero bueno, es triste”, dice Almudena tras la barra de su establecimiento.

En su momento, la concejalía de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento habló sobre la posibilidad de transformar la estación en una especie de pequeña plataforma logística alimentada por los envíos del comercio on line y desde hace algún tiempo la Asociación de Amigos del Ferrocarril apuesta por crear un museo. Lo único seguro es que el barrio de Atxuri y Bilbao echarán de menos la vieja estación.