Tras dos años de trabajos y una inversión de 21 millones de euros, la variante de Saratxo queda hoy abierta completamente al tráfico rodado. El tramo que ha sido objeto de estas importantes obras es el comprendido entre los polígonos industriales de Amurrio, en Araba, y el límite con el término municipal de la ciudad de Orduña, en Bizkaia, tres kilómetros de trazado de la A-625 considerado, hasta ahora, de máximo nivel de siniestralidad y, por lo tanto, punto negro de la red viaria de Euskadi. Los datos así lo confirman, ya que el tramo que enlazaba Amurrio con Orduña a través de las denominadas curvas de Saratxo en el periodo 2007-2021, registró un total de 172 accidentes de tráfico, de los que 61 se saldaron con víctimas de diversa consideración, en concreto, 6 personas fallecidas, 5 heridas graves y 84 heridas leves. De ahí que el responsable de Infraestructuras Viarias y Movilidad de la Diputación Foral de Araba, Carlos Ibarlucea, haya afirmado con satisfacción que la puesta en servicio de la variante constituye un “avance muy importante en la modernización de las carreteras de la Cuadrilla de Ayala al dar solución a un tramo que figuraba desde el año 2000 como tramo de concentración de accidentes. Con estas obras hemos eliminado curvas peligrosas y cambios de rasante, y hemos creado accesos seguros a núcleos de población y propiedades particulares”.

Es una zona, además, de notable concentración de empresas por lo que es también importante el paso de vehículos pesados. A este respecto, Ibarlucea también ha incidido especialmente en la construcción de un nuevo enlace a desnivel de Amurrio Sur “que habilita accesos seguros a los polígonos industriales de Aldaiturriaga, Kalzadako y Tubacex, y hemos mejorado los accesos al polígono de Saratxo” de tal forma que “hemos reforzado así la seguridad de un tramo por el pasan diariamente cerca de 7.000 vehículos y potenciamos la competitividad de la comarca a la hora de atraer inversión”, subraya.

Proyecto de envergadura

En concreto, el tramo que ha sido objeto de este importante proyecto de reforma transcurre entre los puntos kilométricos 354,22 y 357,3 de la A-625 que coinciden con el límite provincial con Bizkaia a la altura de la ciudad de Orduña y los polígonos industriales de Amurrio. El principal objetivo de la intervención ha sido reducir la peligrosidad de la carretera mediante la eliminación de cambios de rasante y de las curvas peligrosas, y ordenar con criterios de seguridad los accesos a los distintos núcleos de población y propiedades particulares. Para ello, ha sido necesario incorporar al trazado importantes estructuras como son los puentes sobre los ríos Nervión y Lendoño, varias rotondas además de la construcción y consolidación de un muro de escollera en la margen izquierda de más de 700 metros y muros de contención en la margen derecha. El resultado es una nueva y amplia carretera de doble sentido con una calzada con dos carriles de 3,50 metros, arcenes entre 1,50 y 2,00 metros, y bermas de 0,75 metros. La velocidad de circulación máxima establecida en este tramo de 3 kilómetros de distancia oscila, según zonas, entre 70 y 90 kilómetros por hora.

Asimismo, incluye un enlace a desnivel para conectar la vía principal con las zonas industriales de Amurrio cuyo diseño ha incorporado una serie de modificaciones respecto al proyecto inicialmente previsto con el objetivo de reducir la ocupación de suelo en más de 6.500 metros cuadrados y separarlo aún más del cauce del río Nervión permitiendo una mejor integración del Parque Lineal del Nervión y garantizando su continuidad. De hecho, el proyecto ha supuesto también la ejecución de parte del Plan Especial del Parque Lineal del Nervión de forma simultánea a la nueva A-625, es decir, una senda ciclista y peatonal, entre los accesos al polígono de Tubacex y el núcleo de Saratxo. En este sentido, Carlos Ibarlucea ha destacado que “el nuevo tramo tiene en cuenta también la seguridad y las necesidades de las personas aficionadas al ciclismo y pone a disposición de este colectivo alternativas seguras para la práctica de este deporte: las vías de servicio y la antigua carretera que quedará reservada para el tráfico vecinal; el Parque Lineal del Nervión; y una nueva carretera con arcenes de entre 1,5 y 2 metros y una buena visibilidad a lo largo de todo el recorrido”.

A pesar de los notables beneficios en materia de seguridad vial, el proyecto de reforma ha tenido, durante sus largos años de tramitación, negociación y debate, una importante contestación social por parte, principalmente, de los vecinos de la Junta Administrativa de Saratxo. Siempre han considerado urgente y vital la mejora de este tramo de carretera, pero las discrepancias con las administraciones públicas competentes han residido en el diseño del trazado del nuevo vial. En el punto de mira ha estado, desde un principio, el numeroso terreno que ha sido necesario expropiar para acometer el nuevo trazado y que ha afectado a tierras de labranza o de pasto para ganado, así como a negocios particulares o el entorno de un caserío protegido. l