Tras un intenso proceso de reflexión por parte de los grupos parroquiales del valle, el 30 de marzo de 1996 se fundó oficialmente Cáritas Arratia. Desde entonces, han sido incontables los nombres, las historias y las horas de trabajo y de voluntariado en torno a la labor solidaria y de ayuda por parte de una entidad que ofrece sus servicios a las poblaciones de Zeanuri, Areatza, Artea, Arantzazu, Dima, Igorre, Lemoa y Bedia. Algunos de los protagonistas y de las acciones desarrolladas a lo largo de estos 25 años de trayectoria aparecen reflejados en los paneles que componen la exposición Erdu Gugaz, y que forma parte de un programa de actividades más amplio organizado para la celebración de este destacado aniversario.Al acto acudió el director de Cáritas Bizkaia, Carlos Bargos, que en su intervención puso en valor la importancia de la agrupación arratiarra, sin duda todo un referente en la Diócesis de Bilbao. “Por su creatividad, es un lugar al que miramos mucho. Tiene un potencial diferente y cualquier actividad que organizan es muy original, como el Tranvía Solidario, por ejemplo”, mencionó agradecido. Además, señaló que en los más de 60 años de Cáritas Bizkaia es difícil que surjan grupos estables y tan duraderos en el tiempo, por lo que mencionó con admiración a las figuras de Maribel Salcedo, actual coordinadora, e Itziar, las dos precursoras de la asociación “que ya estaban incluso antes de la creación formal de Cáritas Arratia” y que, por motivos personales, no pudieron estar presentes en la inauguración. Quienes sí acudieron en representación de toda la entidad fueron Rosa Mari Atutxa y Cristina Zubero, dos de las integrantes del grupo de voluntariado que en la actualidad está formado por una veintena de personas.

Relevo generacional

Uno de los servicios que ofrece Cáritas Arratia es el programa de acogida los lunes por la mañana. “La mayoría son inmigrantes que necesitan la ayuda más inmediata hasta que son atendidos por los servicios sociales de la Mancomunidad, con quienes colaboramos”, explicó Rosa Mari, vecina de Dima. “Vemos situaciones muy graves, también de gente del entorno, a la que la pandemia le ha afectado mucho. La verdad es que por mucho que lo imaginara, hasta que no estás aquí no eres realmente consciente de lo mal que lo pasan algunas personas. Por eso también se siente una gran satisfacción por poder ayudar”, añadió Cristina.

Llegados a los 25 años de andadura, lo que más se echa en falta es savia nueva en la organización, en concreto, personas jóvenes que puedan ir relevando a los más veteranos en las diferentes funciones que desarrollan como la de atención a enfermos y ancianos, planes de sensibilización, comercio justo y cursos de cocina. “La mayoría, por no decir todas, somos personas jubiladas, hay tareas que tenemos que hacer con el ordenador, con la complicación que supone para nosotras, y no vamos a estar siempre aquí”.

De ahí que la exposición y su título, Erdu Gugaz, no solo está pensada para homenajear a Cáritas Arratia, sino también para dar a conocer su actividad e intentar atraer a más voluntariado. Entre los asistentes, también estuvieron el director de Zulaibar Lanbide Ikastegia, Xabier Aldama, los párrocos Mikel Azpeitia y Jose Mari Kortazar; y Soraya Lizundia y Andere Ortuzar, por parte de las instituciones locales.

25 años

La exposición consta de diferentes paneles que dan a conocer la trayectoria de Cáritas Arratia, sus programas y servicios, como el tranvía solidario, y un vídeo de personas voluntarias. Se puede visitar hasta el 14 de marzo en Lasarte Aretoa, de Igorre, jueves, viernes y sábados, de seis a ocho de la tarde.