La prueba perdida en los juzgados de lo penal de Bizkaia es un vídeo que recoge en imágenes la presunta agresión sexual a una empleada por parte de un superior en la empresa.

Como ha informado este jueves DEIA estas imágenes, contenidas en un CD, forman parte de un proceso judicial que la Audiencia Provincial de Bizkaia trasladó a los mencionados juzgados. Un caso de agresión sexual en el que es clave el vídeo grabado en el lugar donde ocurrieron los hechos, el interior de un restaurante.

Todo paso en octubre de 2020. Según se recoge en el auto judicial de la Audiencia Provincial que razona la recuperación del caso tras ser desestimado en primera instancia por el Juzgado de Instrucción nº 7, la víctima fue presuntamente agredida sexualmente por un responsable superior al final de una cena de la empresa cuando ambos se quedaron solos tras marcharse el resto de compañeros.

El relato del auto basado en las imágenes, que incluyen la hora y minutos concretos en los que tuvo lugar la agresión, indica cómo tras quedarse sin compañía, el presunto agresor “le agarra con el brazo, le lleva hacia sí y le da un beso prolongado, en el que parece que hace fuerza con el brazo, ella al final se aparta”.

Segundos después lo intenta de nuevo “y ella le aparta claramente con las dos manos colocadas en sus hombros”. El auto continua con la descripción al indicar como “casi inmediatamente él con sus manos, en un movimiento claro, le toca, los pechos o al menos uno de ellos y ella inmediatamente le da una torta”. También indica que “este acto es inequívocamente sexual y no consentido por ella”. En otro punto del escrito judicial indica como “a lo largo de toda la secuencia de la grabación videográfica, toma la iniciativa en múltiples momentos a fin de acercase a ella y someterla a tocamientos, los cuales en la mayoría de los supuestos no son aceptados por ella”.

Todos estos hechos de posteriores tocamientos, besos y un segundo sopapo por parte de la mujer son los grabados por las cámaras del restaurante donde ocurrió la presunta agresión. Como recoge el relato detallado, la grabación fue la prueba clave para que la Audiencia Provincial de Bizkaia estimara hace algo más de un año el recurso interpuesto por el abogado de la mujer tras ser rechazado el caso en primera instancia.

El día del juicio

Fue el 15 de noviembre pasado cuando se iba a celebrar la vista a las 9.30 de la mañana cuando "se nos informó de la desaparición de la prueba en el mismo juzgado de lo penal", ha indicado el letrado de la víctima a Radio Euskadi.

Ante este hecho totalmente inaudito el abogado, Jesús Palacio, solicitó el aplazamiento de del juicio que se celebrará próximamente. Ha indicado como "es la principal prueba que tiene la acusación particular para sostener la acusación, por lo que se opta por aplazar el juicio porque sino se causa un grado de perjuicio a los intereses de la víctima". A pesar del extravío, el juicio se va a celebrar próximamente ya que existen copias del video desaparecido que están en posesión de ambas partes en la causa.

Tras los hechos, la denunciante estuvo 18 meses de baja, fue despedida de la empresa donde trabajaba y aún hoy recibe atención psicológica según ha indicado su defensor.

Expediente judicial digital

Por otra parte, el director de Justicia del Gobierno vasco, Eugenio Artetxe, ha indicado este jueves a DEIA que desconocía el detalle del caso pero planteó como hipótesis que la prueba del CD “simplemente lo han clasificado en otro expediente y por eso ahora no lo encuentran”. Especificó también que “son cosas que pueden pasar a la hora de archivar los asuntos, lo anormal es que alguien se lo hubiera llevado o lo hubiese destruido pero no parece que es el caso”.

Sobre la digitalización de los expedientes judiciales que se iniciará la semana próxima de la mano del departamento vasco de Igualdad, Justicia y Asuntos Sociales, Artetxe dijo que tampoco están exentos de que pueda ocurrir algo parecido.

No es lo deseable pero puede pasar, incluso con el expediente electrónico hay piezas de convicción que no pueden ser incorporadas, como, por ejemplo, una pistola o un coche embargado, la van a tener que guardar en algún sitio porque son elementos materiales, no son digitalizables”.

Por su parte, el abogado ya jubilado Txema Montero, con 42 años en los juzgados, aseguró ayer que “no es algo extraordinario, aunque no es corriente”. Él solo recuerda un caso, el de un compañero ocurrido cuando Montero empezaba su carrera que llevaba un caso de homicidio en el cual “desapareció por completo un sumario, lo traspapeló tras entregárserlo para hacer su escrito de defensa y fue un lío bastante gordo”.

Montero comenta que la solución pasó por “reproducir por completo todo el procedimiento que en aquella época fue superlaborioso porque no había nada digitalizado todo estaba escrito a máquina y no había copias”.