A finales de agosto o principios de septiembre se recolectará en Zalla la primera cosecha de lúpulo autóctono kilómetro cero certificada de Euskadi. En la estación foral de fruticultura crecen una variedad seleccionada de su hábitat y tratada in vitro y otras cinco comerciales con las que se comparará su comportamiento. Si este ensayo obtiene los frutos deseados, "la cervecera y el sidrero con los que colaboramos y que tienen interés en explorarlo lo van a poder hacer ya, en prácticamente cuestión de meses", ha calculado Eneko Otxoa, CEO de la empresa Aleovitro, que colabora con la Diputación en este ensayo inédito. "Queremos saber si es apto producir kilómetro cero en Euskadi para diversificar la producción, abrir mercados y actividades y lograr una mejora medioambiental", ha resumido la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Amaia Antxustegi.

Aleovitro ha trabajado también con la asociación Balmasedactiva en la plantación de 2.000 metros cuadrados en su huerto, que abonó el terreno el año pasado ayudando a obtener once kilos del primer lúpulo certificado de Euskadi kilómetro cero, pero de variedades comerciales. Fueron empleados en una edición limitada llamada La Gilda de la marca cervecera 18/70. En Zalla, el análisis se basa en "comprobar si el lúpulo silvestre presenta actitud" que pueda acercarlo a una industria artesana que ahora lo importa "de miles de kilómetros: Estados Unidos o Nueva Zelanda", ha subrayado Otxoa. También persiguen generar con el tiempo un banco de "quince o veinte variedades" disponible para los productores.