Ningún viejo lobo de mar podía imaginar que un barco capaz de llevar a un millar de pasajeros y 540 coches en sus bodegas surcara el mar Cantábrico con propulsión a gas natural licuado (GNL).

Pues desde este martes esta forma de navegar ecológica y mucho más silenciosa es una realidad gracias a la ruta regular entre el puerto inglés de Portsmouth y Bilbao. El nuevo barco que ha incorporado la naviera que gestiona este servicio dos veces por semana, Brittany Ferries, ha sumado a su flota el primer ferry con propulsión de gas con lo que de mejora en el medio ambiente supone.

Algunos datos. Con este combustible las partículas, el dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno desaparecen, además de que el tan denostado dióxido de nitrógeno se reduce hasta en un 20%, con una combustión mucho más eficiente.

No gasta como un mechero, pero casi. Todo el proceso se controla desde el denominado cerebro del barco, una estancia de nueva creación que a través de más de una decena de monitores colocados en varias consolas gestiona todo el proceso en el que interviene el GNL.

Enrique Ruiz, jefe de Operaciones Portuarias de Brittany Ferries en Bilbao y Santander, hace de interprete del responsable de la sala para explicar como “la embarcación consume 500 metros cúbicos de GNL a la semana”. Ello le permite ir y volver dos veces de Inglaterra a Euskadi y, en medio, conectar en otra singladura de ida y vuelta Portsmouth con Cherburgo, en Bretaña.

Gran eficiencia

Diversos diagramas y esquemas explican como las conducciones trasladan el gas por el interior del barco ya que, además de aportar fuerza motriz al Salamanca, también da otros servicios energéticos a la embarcación. Para ello cuenta con un gran depósito con capacidad para 700 metros cúbicos de gas con los que mover los dos motores Wärtsilä 12V46DF capaces de desarrollar una potencia de 13.740 Kw. Y son solo dos motores, en los barcos con propulsión a fuel oil son necesarios cuatro, debido a que la eficiencia hidrodinámica de este tipo de barco a la hora de surcar el mar es tal que con los dos mecanismos instalados es suficiente.

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Ferry a Portsmouth desde el Puerto de Bilbao

Otros datos de eficiencia son que, al no generar emisiones de azufre, no hace falta utilizar un depurador, con lo que significa de menor consumo eléctrico. También se han eliminado las tradicionales hélices ubicadas en popa, la parte trasera del barco. Usa las dos instaladas en proa que funcionan con timones de aleta que suaviza los giros a babor.

Además utiliza alternadores de velocidad variable que proporcionan los medios para recuperar energía incluso a bajas velocidades, ahorrando combustible y emitiendo menos CO2. Vamos, algo similar a un coche híbrido que cuando frena recarga sus baterías.

¿Y dónde se carga de gas el ferry? Pues justo en el muelle donde va a atracar cada martes y sábado. Repsol y la Autoridad Portuaria de Bilbao han construido una estación de aprovisionamiento, o gasinera, de la que se surtirá el Salamanca en sus arribadas a Zieberna.

Estas instalaciones se componen de un gran tanque criogénico que permite acumular hasta un millar de metros cúbicos de gas a una gélida temperatura estable de -160 grados. Una conducción subterránea es la que permite trasladar el combustible hasta una pequeña unidad en el muelle, equivalente a un surtidor de gasolina. La instalación es tan precisa que el ferry cuenta con una marca en el muelle para que el capitán atraque exactamente en ese punto. “Solo nos aprovisionaremos aquí”, desvela el responsable del sistema de a bordo en un proceso que requiere mucha atención y cuidado. Como relata Enrique Ruiz “cada vez que empieza a cargar se tiene que establecer un perímetro de seguridad para evitar cualquier riesgo”.

Él bien lo sabe ya que es el que ordena la entrada de turismos, autocaravanas y camiones que ocupan las dos bodegas de carga del Salamanca para que todo esté perfectamente ordenado. “Toda la carga tiene que estar bien estibada para evitar problemas de navegabilidad”, explica indicando los enganches donde se trincan con cadenas y arneses los trailers de los camiones.

Para la tripulación y la oficialidad del nuevo ferry construido en los astilleros chinos de Weihai, el primer viaje de este martes está siendo toda una experiencia de aprendizaje. “Nos tenemos que acostumbrar a todo un sistema nuevo de propulsión con lo que ello supone”, concluye el jefe de Operaciones Portuarias.