vacaciones de verano de Gorabideestancias más cortas, todas dentro de Bizkaia, grupos más reducidos y todas las medidas de precaución

Patxi González y Patxi Quejada, Ander, Julián, Víctor y Agustín, uno de esos grupos, llegó el lunes a Plen-tzia. Ayer por la mañana se preparaban en el hotel para hacer una excursión hasta el faro de Gorliz. "Antes de subir al autobús nos damos gel y al salir también", les recordaba Gorka Intxaurraga, uno de sus monitores junto a Irantzu Calzada. Siguen a rajatabla, como no podía ser de otra forma en este tiempo, las medidas de higiene: se toman la temperatura tres veces al día, la mascarilla es imprescindible, disponen de habitaciones individuales en el hotel y evitan los lugares más concurridos. Los dos monitores han recibido formación específica y disponen de un protocolo si alguno de los participantes tuviera fiebre. En la ascensión al faro, Víctor Ituburu, de Sarriko, recuerda los veranos que ha pasado con la asociación en Ribadesella, en Gijón... "Y otros sitios que ahora no recuerdo", se disculpa. "Me encanta conocer sitios nuevos, hacer excursiones...". Patxi González también es veterano en estas salidas. "Vengo desde 2001 y solo he fallado un año, en 2004. Hay que disfrutar todo lo que se pueda, más ahora después de todo lo que hemos pasado", defiende. Coronado el faro, toca inmortalizar el momento en fotografías, que muchos se apresuran a enviar a sus familias. Todavía no tienen decidido el programa de los próximos días, aunque sí que les gustaría visitar Armintza y pasear en piragua. "Yo no he montado nunca, pero hay que probar de todo en la vida, ¿no?", plantea Patxi.

Los seis participantes en la estancia y sus dos monitores disfrutan de las vistas desde el faro de Gorliz. Fotos: Borja Guerrero

El mismo lunes, cuando llegaron, ya recorrieron el centro de Plentzia y fueron un rato a la playa. "Van decidiéndolo un poco sobre la marcha", explica Irantzu Calzada, que se quedó prendada de este voluntariado hace tres años. "Me cambió la vida. Fue encontrar lo que me gusta, hasta plantearme incluso un cambio laboral". Para Gorka es su primera experiencia, las prácticas del curso de monitor de tiempo libre que acaba de realizar. "Nunca había trabajado con personas con discapacidad intelectual y me ha sorprendido mucho, porque son muy autónomas, responsables, entusiastas... Te enseñan mucho", relata en el chiringuito en el que toman algo antes de volver al hotel a comer.

Mantener la actividad

En Gorabide lo tenían todo preparado para el verano cuando estalló la crisis del covid-19. "Las solicitudes de las familias se hacen en enero. Teníamos hechas las reservas, los grupos...", explica la directora del Servicio de Ocio, Maite Fernández. Pero tuvieron claro desde el principio que, de una manera o de otra, tratarían de mantener una de las iniciativas con más tirón. "En estos programas hay una parte de descanso familiar, que es si cabe más importante por los meses que hemos pasado. Y para los propios usuarios es un espacio de vacaciones, de diversión, de compartir, de hacer cosas diferentes...", relata.

Lo consultaron con las familias y, atendiendo en todo momento a las recomendaciones sanitarias, han podido llevarlas a cabo con grupos más reducidos, de hasta diez personas; estancias más cortas, de una semana en lugar de dos, y todas ellas en Bizkaia. También han tenido que buscar alojamientos adecuados, que ofrecieran habitaciones individuales. Para aquellos usuarios que el hecho de pernoctar todavía les provoque inseguridad, también realizan salidas de un día, "aprovechando los recursos que nos ofrece el territorio que son muchos".

Bizkaia

Entre julio y agosto, 18 grupos disfrutarán de estancias de una semana con actividades como paddle-surf, visitas a museos, yincanas, rutas en barcos, talleres...

Balance

Ya han completado todas las actividades de julio, con un balance más que satisfactorio y esta semana acaban de comenzar los turnos de agosto. "Ha ido todo de maravilla y, aunque se les ha hecho más corto, la gente ha disfrutado un montón. Era lo que buscábamos: no perder esas ganas de disfrutar aunque sea adaptándonos a esta nueva normalidad", resume Maite Fernández.

Demanda

La respuesta de las familias ha sido más reducida que otros años. Si antes movilizaban a más de 400 usuarios, en esta ocasión apenas han superado el centenar, si bien en las salidas de día la demanda ha sido más estable.

"Nos parecía importante mantener cierta oferta aunque fueran estancias más cortas"

Directora del servicio de Ocio de Gorabide

"Vengo desde 2001 y solo he fallado un año; hay que disfrutar todo lo que se pueda, más ahora"

Usuario de Gorabide

"Empecé como voluntaria en Gorabide hace tres años y me cambió la vida"

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