Bilbao

Betadine, tiritas, gasas, lápices, cuadernos, balones... Ese será el cargamento estrella del Toyota 4 Runner de 20 años de antigüedad con el que Jorge Vilallonga y Nacho Rozas correrán el rally solidario Clásicos del Atlas. Comenzará el próximo 31 de marzo en Sevilla para acabar, ocho días después, en Marrakech, tras recorrer unos 1800 kilómetros. Una ruta en la que irán dejando el rastro de solidaridad entre los habitantes de los diversos municipios que recorrerá la carrera. "El hecho de que este rally fuese solidario fue definitivo para decidirnos a participar", confiesan ambos. Y es que toda la ayuda que llevarán tanto los 50 participantes como la organización irá a parar a las escuelas marroquíes. Dichas donaciones se entregan en puntos fijados por la organización.

"Somos la pareja piloto-copiloto perfecta", presumen Jorge y Nacho, dos trabajadores sanitarios con un gran espíritu aventurero y que correrán su segundo rally juntos. Jorge es un apasionado de los viajes, mientras que Nacho es un amante del motor; juntos han fundido sus pasiones y le han añadido el toque solidario para "disfrutar, aprender y ayudar".

En la actualidad, este par de amigos que se conocieron hace quince años y que desde hace catorce son responsables de la enfermería de San Mamés, están vendiendo boletos para recaudar fondos para costearse el viaje y el material escolar que llevarán en su expedición. En dicha rifa sortearán las camisetas de varios jugadores de la primera plantilla del Athletic. "De momento, tanto Carlos Gurpegi como De Marcos nos han donado su camiseta y esperamos que alguno más también lo haga", reconocen. Por su parte, el material deportivo lo donará la Fundación Athletic, mientras que estos dos profesionales del gremio aseguran que "conseguirán" el material médico. El límite de la ayuda que podrán llevar lo marca la capacidad del maletero del Toyota 4 Runner con el que se embarcarán en esta aventura. "Entre el material que necesitamos para la carrera y el que llevaremos, apenas nos queda ya sitio libre en el maletero. Es una pena no poder llevar más", lamentan.

Y es que en el maletero del todoterreno también debe haber hueco para los bártulos que necesitarán Jorge y Nacho para superar las dificultades que encontrarán en el camino. Palas y planchas para que el coche pueda atravesar las dunas son algunas de las herramientas que llevarán. Las dunas serán el punto crítico del rally, pero la carrera discurrirá sobre todo "por pistas y carreteras, aunque las carreteras marroquíes están llenas de sorpresas". Jorge y Nacho admiten no haber circulado nunca por dunas, por lo que esto será lo más novedoso para ellos en una carrera que también les será muy enriquecedora a nivel profesional. "Este viaje nos servirá también profesionalmente. Veremos otra realidad sanitaria muy diferente y mucho más precaria que a la que estamos acostumbrados", confiesa Jorge, que es anestesista en el hospital guipuzcoano de Mendaro ante la atenta mirada de Nacho, que trabaja en la sede de IMQ de Máximo Aguirre de la capital vizcaina.

SIN CONOCIMIENTOS MECÁNICOS Dentro de sus trabajos también sacan tiempo para poner a punto el todoterreno con el que, entre la carrera y la ida y vuelta a Sevilla, realizarán "alrededor de 3.000 kilómetros". Y es que en estos días, el automóvil está en pleno proceso de revisiones de cara a la carrera. "El coche en sí no necesita reparaciones, pero hay que revisarlo bien y rodar con él antes del rally", comenta Nacho, quien "cuando era joven" formó parte del equipo oficial Seat de rallies. Toda esta experiencia no se ha traducido en profundos conocimientos mecánicos y es por ello por lo que estos dos aventureros esperan que "el coche se porte bien y no se averíe, porque no tenemos conocimientos de mecánica".

El punto de mayor riesgo de avería es la etapa "maratón" que realizarán el segundo día y en la que estarán en la carretera alrededor de catorce horas. Las dunas y lo prolongado de la etapa, que contará con alrededor de 600 kilómetros, serán los principales obstáculos tanto para el coche, que acaba de celebrar sus 20 años, como para Jorge y Nacho, quienes deberán hacer frente al cansancio de tantas horas de travesía. "No nos vamos a preparar físicamente para la prueba, vamos a disfrutar. Es una competición, pero, sobre todo, es una aventura de amigos", afirman.

Ambos están deseando que esta expedición se ponga en marcha cuanto antes. "Llevamos casi un año preparándolo, así que cuanto más cerca está la fecha, más ganas tenemos de que llegue", reconocen. Y es que, para ellos, la próxima Semana Santa será "muy especial", ya que la pasarán en un todoterreno por tierras africanas y haciendo un poco más fácil la vida de algunos escolares marroquíes. "No somos una ONG, lo nuestro es una frivolidad con toque solidario. El trabajo que hacen los voluntarios de las organizaciones es inmenso", explican. No son una organización solidaria, pero estos dos vizcainos, gracias a sus aportaciones, arrancarán la sonrisa de más de un niño a lo largo de largo de su travesía. Y es que las ilusiones de algunos pequeños irán subidas en el todoterreno de Jorge y Nacho.