El Surne Bilbao Basket no está dispuesto a bajarse de la ola buena. El conjunto de Álex Mumbrú ha cosechado esta mañana de domingo su quinta victoria consecutiva al derrotar a domicilio al Coosur Betis, rival directo en la lucha por la salvación y conjunto al que deja clavado en el puesto de colista, por un abrumador 71-88 tras un duelo con dos partes bien diferenciadas. Hasta el descanso, las constantes vitales del conjunto visitante han distado muchísimo de las mostradas en las últimas semanas, dando una imagen demasiado apática, con escasa actividad defensiva, poco acierto en ataque y pérdidas por doquier. Pero la metamorfosis tras el descanso ha sido brutal. La escuadra vizcaina ha recuperado su mirada afilada y no ha hecho prisioneros. Con un Ludde Hakanson desbocado (22 de sus 26 puntos han llegado en los dos últimos cuartos) y un Jeff Withey magnífico en defensa y en la distribución de bola (seis asistencias), le ha dado la vuelta al partido con un parcial arrollador de 6-25 en el tercer acto (del 45-37 al 51-62) para pasar a dominar y en los diez minutos finales ha hecho gala de un instinto asesino que los de Luis Casimiro, muy tocados anímicamente, no han podido contrarrestar.

Si hasta el descanso ha parecido que los de Mumbrú podían dejar escapar una oportunidad de oro para consolidar el camino hacia la tranquilidad clasificatoria, la continuación de la contienda ha dejado claro que ha sido un mero espejismo. De las once pérdidas de los dos primeros cuartos a las cinco de los dos últimos, varias de ellas con el duelo ya resuelto; del 1 de 8 en triples al 8 de 13... Este Surne Bilbao Basket ha demostrado que incluso sin Andrew Goudelock, baja por lesión, ha conseguido un nivel de cohesión que le convierte en sumamente dañino si juega al tope de sus posibilidades. Cuando sestea baja mucho el nivel, pero cuando coloca toda la carne en el asador tiene mimbres para hacer mucho daño a los contendientes de la zona media-baja de la tabla. Y es que Mumbrú ha encontrado una riqueza de recursos considerable. Además del brillo de Hakanson y Withey, Damien Inglis ha sumado otro 'doble-doble' (10 puntos, 12 rebotes), Ángel Delgado lo ha rozado (14 y 9), Álex Reyes y Tomeu Rigo han sumado trabajo y triples importantes, los puntos de Valentin Bigote nunca faltan€ Además, ha debutado David Walker (tres minutos), ha reaparecido efímeramente Jonathan Rousselle€ El estado de optimismo y felicidad se ha instalado entre los 'hombres de negro'.

PROBLEMAS INICIALES

El partido amaneció con ritmo, con más imprecisiones y fallos que aciertos por parte de ambos equipos, pero fueron los anfitriones los que salieron antes de esa peligrosa dinámica para hacerse con el control del choque ante un cuadro vizcaino que encadenaba pérdidas de balón por doquier, sobre todo de la mano de Rafa Luz (cinco en el primer acto). El 9-2 con menos de tres minutos disputados resumía perfectamente el estado de concentración y seriedad de unos y otros. Los de Mumbrú no perdieron el rebufo de su rival gracias a las acciones individuales de Hakanson y Bigote, pero su nivel de dureza y aplomo no era el de choques anteriores. Mejoró la cosa con la entrada en escena de Withey, contundente en defensa cerrando las vías hacia el aro y asociativo en ataque con tres asistencias en un abrir y cerrar de ojos, y el acto inaugural se cerró con un equilibrado 19-18.

Los 'hombres de negro' tuvieron en su mano cambiar la dinámica del choque y jugar con el estado de necesidad bético en la apertura del segundo cuarto, pero no estuvieron a la altura. Con 23-21, tuvieron hasta cinco ataques para llevar la contienda a su terreno, pero Delgado falló tres tiros libres seguidos, las pérdidas seguían sin controlarse y no solo no hubo adelantamiento, sino que los de Casimiro aprovecharon el mal momento de su rival, sin filo en ataque y muy poco contundente en defensa, para estirar su ventaja. Con Shannon Evans tirando de los suyos, el luminoso se catapultó hasta un peligroso 36-25 con el debut de Walker y el regreso a la acción de Rousselle pasando totalmente desapercibidos. Bigote y Luz recuperaron algo de terreno, pero un triplazo de Dairis Bertans sobre la bocina envió el choque al descanso con un 39-29 que dejaba claro que había mucho que mejorar en las filas de los de Mumbrú si se quería optar a la victoria.

EXPLOSIÓN VISITANTE

Pero, en la reanudación, el Surne Bilbao Basket volvió a parecerse al equipo de las últimas jornadas. Comenzó sin prisa pero sin pausa la labor de recuperar el terreno perdido y trasladó las dudas y la inconsistencia al bando verdiblanco. Amagó primero con ocho puntos seguidos de Hakanson y cuando Withey, Inglis, Reyes y el resto se unieron a la causa la explosión fue brutal. Huérfano de Pasecniks por sus cuatro faltas, el Betis perdió toda compostura ante el vendaval de juego que le cayó encima, con los de Mumbrú anotando sin problemas desde todas las distancias. Desde el 45-37 al 51-62, el cambio fue radical porque los visitantes se pusieron muy serios en defensa y volaron en ataque. Evans intentó cortar la sangría desde los tiros libres (cuatro entre el final del tercer cuarto y el arranque del último), pero Reyes, con dos triplazos no estaba por la labor (57-71 a 6:30 del final). Intentaron los anfitriones revolverse con un triple del desaparecido Vitto Brown (64-73), pero solo les faltaba el golpe de gracia para besar la lona y Hakanson regresó a escena para propinárselo. El final del duelo solo tuvo color bilbaino, el de un equipo que tras arrancar con un balance de 0-5 vive ahora radiante con un 8-9 y mantiene incluso opciones matemáticas, aunque escasísimamente realistas, de jugar la Copa. Ver para creer.