La actividad no para en los despachos de la dirección deportiva del Bilbao Basket, que tiene cerrado el fichaje de David Walker, alero estadounidense de 28 años y 1,98 metros que militó entre las temporadas 2016 y 2020 en el Morabanc Andorra. Los dos últimos cursos el alero de Ohio ha jugado en Alemania: primero en el Medi Bayreuth y después en el MHP Riesen Ludwigsburg, con el que apenas ha disputado cinco partidos esta campaña. Salió del equipo a principios de noviembre y desde entonces estaba a la espera de ofertas.Su etapa en el Principado, al que llegó tras destacar en la Universidad de Northeastern, empezó en un tono alto en su debut en la Liga Endesa y acabó con 114 partidos en los que promedió 7,7 puntos en 23 minutos, con más de un 38% en triples. Las características de Walker pueden venir muy bien a un equipo que ha cogido vuelo. Al margen de su amenaza exterior, añade capacidad física al perímetro de Álex Mumbrú, que en ocasiones cede kilos y centímetros en los emparejamientos. El ex del Andorra es capaz también de jugar por encima del aro y dejar acciones espectaculares y debería poder ayudar en el rebote, un aspecto que se resiente al jugar con pequeños.

La marcha de Khyri Thomas al Maccabi dejó una plaza de extracomunitario libre en los hombres de negro y el club no ha tardado en utilizarla. La incertidumbre que ha creado la covid, tanto para jugar como para entrenar, obliga a contar con alternativas en las plantillas, pero el Bilbao Basket tiene ahora mismo, contando al joven Gonzalo Basterrechea, catorce jugadores en nómina, con seis cupos de formación. Jonathan Rousselle y Stefan Peno se quedaron ayer fuera de la lista para el duelo ante el Obradoiro. La intención es estabilizar esta estructura y que sea la definitiva hasta el final de la temporada, aunque no sería raro que algún jugador saliera porque el reparto de minutos va a estar complicado y siempre habrá un jugador fuera de las convocatorias.

Al final de la temporada pasada, ya se dio una circunstancia parecida y Mumbrú la utilizó para incentivar la competencia, aunque esta situación es más difícil de manejar a un plazo más largo. Además, el Bilbao Basket no jugará partidos durante un mes, entre el 6 de febrero y el 6 de marzo, y eso puede suponer un parón en su progresión. Pero con este fichaje el club demuestra que no quiere conformarse con haber dado un paso adelante hacia la salvación. Al fin y al cabo, la Liga Endesa está muy igualada y cualquier cosa puede pasar hasta el final de la temporada, más aún si el covid sigue haciendo de las suyas en los vestuarios.