El Surne Bilbao Basket ya tiene su primera victoria del curso. La consiguió con la inestimable colaboración de su 'marea negra', como en los viejos tiempos, en un encuentro en el que se rehizo de una desventaja de trece puntos en el último cuarto para acabar batiendo a un correoso Urbas Fuenlabrada en un final taquicárdico en el que los anfitriones le pusieron el lazo al partido con un parcial de 13-4 en los dos minutos y medio finales.

El conjunto de Álex Mumbrú parecía hundido con el 55-68 a ocho minutos del final. Tenía trazas de equipo sepultado por el peso de la presión de no haber ganado aún, pero revivió desde la linea de 6,75, los canastones de Valentin Bigote le permitieron regresar al partido y en esos compases de remontada el Bilbao Arena volvió a ser la cancha de antes, la de siempre, enérgica para los suyos y agobiante para el rival. La fe y el acierto permitieron a los locales fabricar un final igualado pese a tenerlo todo en contra (72-73 a 4:16 del final) y resistir al intento de demarraje final de los visitantes (72-76). A partir de ahí, los 'hombres de negro' fueron un equipo sin piedad. Ludde Hakanson, notable en ataque y soberbio en defensa, y Ángel Delgado empataron el duelo, Andrew Goudelock lo decantó con un triplazo, una pérdida de Novak al contraataque abrió las puertas del cielo y una antideportiva de Eyenga sobre Rafa Luz a 23 segundos del último bocinazo que se hizo de rogar por parte de unos árbitros especialmente desatinados en su criterio general certificó el éxito local, tan merecido como necesario.

No arrancó nada bien la contienda para los intereses del Surne Bilbao Basket. No fue solo que compareciera desacertado en ataque desde todas las distancias, sino que el Fuenlabrada encontró facilidades para anotar con un juego muy directo. Los locales necesitaron más de tres minutos para meter su primera canasta en juego y para entonces los de Raventós dominaban el marcador (4-8) con Alexander colgándose del aro un par de veces. Mumbrú encontró un recurso interesante en Delgado para no desconectarse del choque (8-10), pero el brutal acierto en el triple de Eyenga y Emegano hizo que el equilibrio tardara en llegar (8-15). Sin embargo, los 'hombres de negro' se rearmaron con la entrada en escena de la segunda unidad. El acierto triplista de Reyes, autor incluso de un 'tres más uno', y un par de robos de Hakanson, magnífico, y Rousselle convertidos en puntos sirvieron para que el primer cuarto acabara 23-23.

Los anfitriones desperdiciaron hasta tres ataques para lograr su primera renta en el luminoso, aunque finalmente lo consiguió a 6:37 del descanso gracias a dos tiros libres de Goudelock (28-27). El buen trabajo de retaguardia del Surne Bilbao Basket en esos compases mereció una buena renta en el luminoso, pero un par de triples de su escolta estadounidense no entraron y los madrileños mantuvieron la verticalidad gracias a los puntos de Cheatham y Alexander y a las concesiones del rival a la hora de cerrar el rebote defensivo. Sin que ninguno de los dos bandos acabara de imponer su propuesta, al menos los anfitriones lograron llegar en ventaja al ecuador de la contienda, aunque fuera con un 38-37 que dejaba todo abierto. Las doce capturas en aro contrario permitidas a los madrileños y su 5 de 11 en triples aparecían como principales aspectos sobre los que trabajar.

DE LA DEBACLE AL ÉXITO

En la reanudación, se mantuvo la dinámica de intercambio de golpes. Los locales fabricaron rentas de cuatro puntos, pero no pasaron de ahí por la resistencia de la muñeca de Armand, muy entonado. Una confusa serie de señalizaciones arbitrales, que nació con un 'dos más uno' favorable a Delgado y una técnica sobre Mumbrú que al final no fue ni lo uno ni lo otro, dañó más a los vizcainos que a los madrileños, sacándoles de la buena senda y llevándoles a acumular demasiados errores. Esta circunstancia, unida a un puñado de decisiones arbitrales y sobre todo a la aparición ofensiva de Dusan Ristic con ocho puntos seguidos (dos triples) acabó con un parcial de 2-8 que envió la contienda a sus diez minutos finales con un agobiante 55-61.

Y el agujero fue a más. Con el Surne Bilbao Basket convertido en un manojo de nervios, Ristic siguió haciendo lo que quiso en cancha, anotando triples liberados y castigando los cambios de asignación debajo del aro, para llevar a los suyos hasta el 55-68 con un parcial total de 3-15. Dos triples de Masiulis y Goudelock llevaron a Raventós a parar el partido a 7:28 del final (61-68) y otro de Bigote subió la temperatura de Miribilla a épocas de prepandemia. Emegano intentaba que el renacer local no fuera a más, los árbitros ponían de su parte con un antideportiva difícil de entender, pero el alero francés seguía en trance y con ocho puntos seguidos colocó el 72-73. El conjunto anfitrión falló dos ataques para ponerse por delante por culpa de malas decisiones y el Fuenlabrada lo castigó con un 'dos más uno' de Alexander, pero cuando aquello parecía que iba a acabar con eso tan manido de nadar para morir ahogado en la orilla los de Mumbrú sacaron su versión más solida y contundente e impulsados por Miribilla se catapultaron hasta la primera victoria del ejercicio. Y llueve menos.