En la semana en la que el covid-19 irrumpió en su vestuario, obligando a los jugadores a encerrarse en sus casas de martes a viernes y a suspender la preparación de un partido clave para su futuro deportivo, el Bilbao Basket, con la pesadísima losa de un 1-8 como balance y debiendo rendir visita a un rival directo en la lucha por la salvación, hizo el domingo lo que tantas veces a lo largo de su historia: desafiar a los elementos, llevar la contraria a la lógica y batir con brillantez al Coosur Betis demostrando que puede tener muchas carencias, pero el dejarse llevar no es una de ellas. Si algún día había coartada para el petardazo era el domingo. Preparación insuficiente, poca chispa por el parón, la ausencia del enfermo Ludde Hakanson... Cualquier excusa habría sido admisible si el choque se hubiese perdido, pero el conjunto vizcaino hizo lo contrario. Apretó filas, afiló miradas y no hizo prisioneros ante un rival con su fondo de armario en perfecto estado.

Impulsados por un acierto no visto durante el presente ejercicio desde la línea de 6,75 (13 de 26) personificado en la figura de un Arnoldas Kulboka que volvió por sus fueros con un brutal 7 de 9 para 23 puntos y, sobre todo, un colosal Ondrej Balvin en la Liga Endesa, que destrozó el partido en un tercer cuarto en el que metió 13 de sus 23 puntos (acabó con 41 de valoración, plusmarca histórica en la entidad de Miribilla), los hombres de negro sumaron en Sevilla una victoria que es puro oxígeno antes del parón por las ventanas FIBA, un éxito que debe servir para recuperar la confianza perdida y para afrontar con mejor pulso la batalla en las posiciones bajas de la tabla.

La victoria del RETAbet Bilbao Basket ha estado asentado sobre los 23 puntos, tres asistencias y 11 rebotes de Ondrej Balvin y los 23 puntos, una asistencia y tres rebotes de Arnoldas Kulboka.

El Bilbao Basket, con su rival luciendo un acierto irreal desde la larga distancia. A partir de ahí, mostró una imagen competitiva, de grupo eficaz y bien conjuntado a pesar de los problemas de pérdidas hasta el descanso. Ganó los tres primeros cuartos a los de Curro Segura y en el último se las arregló para hacer valer su colchón de diez puntos (62-72) ante la lógica ansiedad de firmar la tan buscada victoria y el juego a tumba abierta de los anfitriones, que inquietaron con el 76-80 a tres minutos del final. Balvin y Kulboka anotaron 46 de los 96 puntos del equipo y fueron el mascarón de proa de la exitosa tarde de domingo, pero muchos otros aportaron su granito de arena. Jaroslaw Zyskowski, sumó otros 17 tras un arranque arrollador y fue actor principal en los compases de la verdad, Jaylon Brown echó una mano en el puesto de base por la ausencia de Hakanson y se fue a las ocho asistencias, Jonathan Rousselle repartió otras seis y el banquillo no desentonó en absoluto.

El encuentro arrancó con ritmo y el Bilbao Basketa sus líneas maestras. El Coosur Betis compareció sorprendentemente entonado desde la línea de 6,75 y adelantando líneas defensivas para presionar a Rousselle en la subida de balón y suya fue la primera ventaja (11-4 con menos de tres minutos disputados), pero los de Álex Mumbrú, pese a su eterno problema con las pérdidas, no tardaron en serenarse y merced al gran arranque de Zyskowski, con 10 puntos en los primeros seis minutos, y Kulboka igualó a 17 puntos a tres minutos del final del primer cuarto. Kay sujetó a los anfitriones, Serron mantuvo activo el suministro de puntos de los hombres de negro y el acto inaugural se cerró con un 23-24. Unos buenos minutos en defensa dieron al Bilbao Basket la posibilidad de distanciarse, pero faltó control. Otras tres pérdidas en un minuto y 40 segundos enfriaron sus ánimos y el duelo cayó en una fase de intercambio da canastas. Los porcentajes en distancias cortas e intermedias bajaron, Goran Huskic ofreció soluciones ofensivas, Tobias Borg, un viejo conocido, respondió en el otro aro y ningún equipo logró rentas reseñables. Lo intentó el conjunto vizcaino con un 33-37 tras triple de Kulboka, pero Harrow aprovechaba otra pérdida infantil para igualar. Pero el Bilbao Basket seguía intenso atrás, lo que le permitió firmar un 0-5 en los dos minutos previos al descanso y alcanzar el ecuador de la contienda con un interesante 37-42 favorable.

El despegue

En la reanudación, James Feldeine, muy bien defendido hasta entonces, reclamó foco en ataque, pero encontró respuesta desde los 6,75 por parte del entonadísimo Kulboka, Brown y Rousselle. Y cuando Balvin se unió a la fiesta llegó la explosión. Con los fusileros acertando no había ayudas para defender al pívot checo, lo que este aprovechó para tiranizar la pintura, colgarse hasta cuatro veces del aro rival, firmar 13 puntos en un abrir y cerrar de ojos bien asistido por Brown y liderar el demarraje de los suyos hasta el 60-72. Con el acto final ya en juego, Ndoye, Borg y Campbell acercaron a los suyos hasta el 76-80 a tres minutos de final, pero Kulboka frenó el intento de rebelión con dos triples para el 78-88 a falta de 1:22. Un triplazo de Feldeine y dos tiros libres de Borg, con los béticos presionando a toda cancha e incomodando al Bilbao Basket, llevaron algo de incertidumbre a los segundos finales (87-91), pero Balvin asumió responsabilidades para mantener el timón firme y los hombres de negro acabaron anotándose una victoria importantísima justo en la semana en la que parecía que todos los elementos se habían aliado contra ellos.