IJO Álex Mumbrú antes de empezar la competición en la Liga Endesa que al Bilbao Basket le faltaban un par de semanas más de preparación para poner en orden sus mecanismos. Ese tiempo se cumplió ayer en el Palau Blaugrana y la consecuencia han sido tres derrotas que no deben provocar ningún drama, pero sí poner en alerta al equipo al que le sigue faltando un plus de dureza en este arranque de temporada. Esto ha quedado aún más al descubierto en tres partidos de elevada exigencia física en los que los hombres de negro han sufrido en algunos emparejamientos. Quizás por ello el técnico probó ayer alternativas tácticas que son más propias de pretemporada, aunque descolocaron un poco la idea previa que se tenía sobre la plantilla.

Así, Mumbrú puso de inicio a Ondrej Balvin y Aaron Jones, que en teoría son los dos cincos en la rotación habitual, y los fue sustituyendo por Kingsley Moses y Arnoldas Kulboka, los dos cuatros. Con los dos primeros, logró controlar a Nikola Mirotic, que tampoco estaba muy por la labor, pero con los otros dos el Bilbao Basket cedió demasiado en lo físico. Por eso, el técnico catalán tuvo que alternar defensas zonales en busca de despistar al Barça, algo que solo consiguió hasta el descanso.

Cuando los azulgranas lograron mover el balón descolocaron el sistema de ayudas y rompieron la defensa bilbaina por el lado débil, que hizo honor a su nombre y concedió mucho espacio y tiempo a los de Jasikevicius, que no perdonaron en sus lanzamientos lejanos, incluso gente que no es especialista en la materia como Cory Higgins y Adam Hanga. El mal día de Balvin y, sobre todo, de Kulboka, sin acierto en ataque y desbordado en defensa por orden de su compatriota Jasikevicius, dejaron al Bilbao Basket con pocos argumentos ofensivos más allá del triple durante demasiados minutos.

Se temía la agresividad defensiva del Barça y las quince pérdidas de balón de los vizcainos, casi la mitad en el primer cuarto, impidieron al Bilbao Basket coger un hilo continuado al partido, esa confianza necesaria para sobrevivir ante un enemigo tan poderoso. Tampoco el dominio del rebote a ratos generó demasiados réditos porque alcanzó el descanso con solo seis canastas de dos en quince intentos y algunos de esos errores impidieron dar lustre a los minutos de mejor juego colectivo. Hubo demasiados altibajos hasta que en el tramo final del tercer cuarto el Barça aprovechó una sucesión de errores de su rival para pegar el estirón definitivo. Pareció incluso que los jugadores de Mumbrú pegaron un bajón anímico porque se dieron cuenta de que esta vez la victoria se había puesto imposible y en el último cuarto tuvieron que tirar de amor propio para evitar una derrota más abultada.

DERROTAS ASUMIBLES

Ahora toca trabajar para que estas tres derrotas, que ya no tienen remedio, no hagan más daño del que se esperaba, sobre todo porque se acumulan a las que el Bilbao Basket sumó en pretemporada. Entrar en una dinámica perdedora sí que sería peligroso, sobre todo para una plantilla con tantas novedades y tantos jugadores que tienen que dar un paso adelante en cuanto a su importancia o asumir un nuevo rol en una competición desconocida hasta ahora. La pasada temporada ya se produjo una racha de tres derrotas, pero al equipo le llegó cuando ya tenía cierto vuelo y pudo salir de ella a golpe de talento, reforzado y decidido hacia un par de meses de gran baloncesto. Ahora todavía se están poniendo los cimientos y no sería bueno que a nadie le entraran las dudas o bajara la cabeza sin motivo.

El camino está marcado desde el primer día de la preparación, pero solo falta que todos esos chispazos que han aparecido en estos tres partidos, esos ratos en los que el Bilbao Basket ha podido mirar a la cara a sus rivales, se prologuen durante más tiempo y permitan sostener un esfuerzo físico y mental consistente de cuarenta minutos. Las intermitencias se pagan caras en la Liga Endesa y en esta semana con tantos partidos ha habido varios ejemplos.

Álex Mumbrú. "Hemos estado concentrados durante la primera parte, pero el Barça es el Barça y aún así nos estaba sacando una renta importante. Hemos tenido tres o cuatro minutos de desconcentración en el tercer cuarto y ellos se han escapado. Hemos intentado volver, pero en esos momentos hemos cometido muchos errores de concentración, de sistemas, de cosas que no nos estaban pasando en la primera parte en defensa. Al final, ya era difícil volver y hemos aprovechado para intentar mejorar cosas. Hay que seguir porque hemos tenido un inicio duro con estos tres partidos en una semana. Por eso, hay que recuperar el tono de los últimos diez minutos esta semana para el partido ante el Obradoiro".

Jonathan Rousselle. "Ha sido un partido difícil. Hemos hecho cosas bien durante 20-25 minutos y después ha sido duro. No estamos en el mejor momento, pero vamos a seguir luchando".