ARA entender la mentalidad de Dusko Ivanovic (Bijelo Polje, 1-9-1957), que normalmente no se prodiga en largos discursos, se puede rescatar alguna de sus frases más recientes. Cuando el último día de 2019 fue presentado en una abarrotada sala de prensa del Buesa Arena, que saludaba por tercera vez al hombre que debía sacar del pozo al Baskonia, el técnico montenegrino afirmó que "la nostalgia y la esperanza son dos crueles asesinos porque matan el presente, que es lo único que importa". Al poco de reanudar los entrenamientos tras el confinamiento por el coronavirus, Ivanovic aseguró que su equipo estaba "preparándose con la mentalidad de ganar la ACB. Si no, no merece la pena y mejor seguir encerrados". Y, al final, cuando sus jugadores habían levantado minutos antes el cuarto título de Liga de la historia del club, el tercero con él en el banquillo, y celebraban haber cumplido con el objetivo el técnico campeón de la extraña Liga Endesa 2019-20 explicó las sensaciones del vestuario: "He oído a los jugadores decir cuánto han sufrido. Pero no saben que cuando al sufrimiento le das un sentido no es sufrimiento: es motivación, es placer. Pero, bueno, son jóvenes, tiene tiempo para aprenderlo".

Fue un resumen de los seis meses transcurridos desde el día de Navidad en el que Josean Querejeta, siete años después, recurrió de nuevo al entrenador que ha consagrado el famoso 'carácter Baskonia' y también una especie de aviso porque Ivanovic va a continuar un año más y algunos jugadores también. Habrá cambios en una plantilla que, probablemente, no es la mejor que ha tenido el club en la última década, el tiempo que pasó desde la anterior Liga baskonista, pero a la que el veterano técnico ha logrado dotar de confianza para extraerle todo el jugo, que es de lo que se trata.

El modelo elegido para decidir la Liga Endesa iba como anillo al dedo a la propuesta de Dusko Ivanovic y después de unas semanas de duro trabajo sus jugadores la han interpretado gracias a un enorme despliegue físico, a una defensa a ratos extraordinaria e impenetrable, un ataque con los roles perfectamente definidos y a mucha fe y ambición, no en vano el Baskonia ganó los tres duelos en los que la derrota no estaba permitida (ante el Unicaja en la fase de grupos, en semifinales ante el Valencia Basket y en la final ante el Barça) por una canasta. Tres veces estuvo contra las cuerdas y las tres salió para noquear a sus rivales. "Les dije al inicio de la cuarentena que íbamos a ganar y los jugadores me creyeron", aseguró tras derrotar al gran favorito azulgrana.

En el Baskonia, sobre todo su presidente, creen en Ivanovic y al grupo de esta temporada, golpeado por las lesiones y por un juego deslavazado desde el inicio de la temporada, no le quedó otro remedio que agarrarse a un entrenador que había hecho historia para esa camiseta. En realidad, a Dusko Ivanovic y el Baskonia no les ha ido muy bien cuando se han separado. Juntos han ganado tres Ligas, tres Copas y una Supercopa y al montenegrino no le fue demasiado bien en sus pasos por el Barça, el Panathinaikos, el Khimki o el Besiktas. Tampoco el club ha ganado demasiado sin alguien que ya es leyenda en el Buesa Arena. Por eso, este título de Liga vuelve a poner en el candelero a un técnico al que muchos, incluso en Gasteiz, consideraban descatalogado, desconfiaban de esta tercera aventura porque sus métodos, en teoría, chocan con eso que se llama basket moderno. Dicen que se ha atemperado, que ha aflojado la cuerda en su relación con los jugadores, pero también ha demostrado más cintura táctica que en sus anteriores etapas, quizás porque manejaba menos calidad y había que buscar otras formas de ganar. Porque Dusko Ivanovic, pese a su llamativa coleta, sigue siendo reconocible. Es la mano que mece al Baskonia.

La otra cara de la moneda es Svetislav Pesic, el entrenador derrotado en la final de la Liga Endesa que no seguirá en el Barça pese a que tenia un año más de contrato.

Petición de prudencia. Muchos aficionados del Baskonia decidieron celebrar el triunfo del Baskonia, pese a las medidas sanitarias de obligado cumplimiento, y de madrugada llegaron a producirse incidentes por exceso de aforo en una discoteca que se saldaron con un detenido y dos ertzainas herido. El propio alcalde Gorka Urtaran tuvo que recordar que había que evitar aglomeraciones para que "una noche de alegría no se convierta de nuevo en semanas de tragedia y sacrificio". Algunos seguidores se acercaron a Foronda, pero las instituciones avanzaron que las celebraciones por el título de Liga se realizarán en próximas fechas de modo privado, sin la habitual concentración de personas en la plaza de la Virgen Blanca.