DANNY Agbelese ha pegado dos saltos en apenas unos meses. De la LEB Plata, en la que la pasada temporada fue uno de los jugadores destacados en las filas del Guadalajara, pasó en septiembre al Club Baloncesto Ourense, que aún está en la LEB Oro. Y del conjunto gallego llegó a Donostia para convertirse en uno de los refuerzos con los que el Retabet.es GBC trató de reconducir su horrible inicio de temporada. El pívot nacido en Washington hace 25 años no está teniendo actuaciones brillantes, sus promedios son de apenas 3,3 puntos y 3 rebotes en 10 minutos de juego como suplente de David Doblas, pero al menos ya ha logrado lo que se propuso cuando inició su carrera profesional: llegar a la Liga Endesa.
Su pasaporte de Nigeria, de donde procede toda su familia, le puede abrir muchas puertas como jugador de rotación en la que él considera la mejor liga de Europa. Además, sus características son muy cotizadas en los equipos de élite, necesitados de energía para afrontar calendarios muy cargados: potencia, capacidad atlética, intimidación y rebote en un poderoso cuerpo de 2,03 metros. De hecho, hay quien compara a Agbelese con Marcus Slaughter, aunque quizás es capaz de abarcar menos campo que el exmadridista.
Pese a su corto radio de acción, Danny Agbelese se convirtió en un jugador diferencial en la LEB Plata, donde fue líder en rebotes y tapones y su equipo estuvo a punto de ascender, pero en la categoría más alta debe complementar su juego con otros recursos técnicos que aún no ha exhibido. Eso sí, si recibe el balón a un metro del aro acabará en canasta y casi seguro con un mate. Es una garantía de espectáculo porque, precisamente, facilidad para saltar es lo que le sobra.
Antes de llegar a Guadalajara y tras cerrar su periplo universitario en Hampton, el pívot del Retabet.es GBC había jugado en Irán, donde su experiencia personal no fue muy positiva, Uruguay y Paraguay, destinos con poco glamur para quien pretende hacerse un hueco. El nombre de Danny Agbelese empezó a sonar entre las secretarías técnicas y el pasado verano pasó pruebas con el UCAM Murcia y el CAI Zaragoza. Su carrera se encaminaba a Grecia, pero fue cortado a última hora y el Ourense, que necesitaba jugadores y podía prometer un sitio futuro en la ACB, se cruzó en su camino. Allí jugó 11 partidos, con promedios de 21 minutos, 9,2 puntos y 6,3 rebotes. Cuando le llamaron desde Donostia, no quiso esperar más y dio el salto definitivo. Como colectivo, el conjunto donostiarra no termina de funcionar, pero Agbelese está haciendo esa labor que solo los jugadores de su especie pueden hacer.