GRANADILLA TENERIFE: Reis, Aleksandra, Pisco, Gavira, Cubedo, Ramos, Sandra (Min. 90, Eulalia), Paola (Min. 63, Claire), Roko (Min. 77, Ariyo), María José (Min. 77, Goad)y Martín-Prieto.

ATHLETIC: Quiñones, Oihane, Valdezate, Garazi, Moraza, Istillart (Min. 72, Unzué), Itxaso, Eunate (Min. 59, Naroa), Arana (Min. 85, Erika Vázquez), Lucía García (Min. 59, Peke) y Azkona.

Goles: 1-0: Min. 46; María José. 1-0: Min. 50: Martín-Prieto.

Árbitra: Luna Varo. Amonestó a las locales Reis y Ramos; y a Istillart del Athletic.

Incidencias: Partido correspondiente a la décimo cuarta jornada de la Primera Iberdrola disputado en La Palmera.

- Al Athletic no se le da bien La Palmera, el feudo del Granadilla Tenerife. Nada bien. Es un territorio hostil para el conjunto rojiblanco, que nunca se termina de sentir cómodo sobre su césped artificial. Tanto es así, que ayer las dirigidas por Iraia Iturregi repitieron el guion de las pasadas temporadas y no pudieron terminar con la maldición que las persigue en Granadilla de Abona. Esa por la que cuentan todas sus visitas como derrotas. Siete de siete. Así pues, el Athletic jamás ha conseguido puntuar en este campo inconquistable. Y ayer tampoco estuvo cerca de hacerlo. De hecho, las leonas, que sabían que un triunfo las afianzaría definitivamente en la zona noble, aguantaron una encomiable primera mitad gracias, sobre todo, a una gran seguridad en tareas defensivas. Pero un cortocircuito nada más salir de los vestuarios echó a la basura ese trabajo ya que, en apenas cuatro minutos, el Granadilla hizo los dos únicos tantos del encuentro. Con esta derrota, las de Iturregi caen a la quinta posición de la Primera Iberdrola tras ceder la cuarta precisamente al conjunto insular.

Y eso que el Athletic saltó al verde sabiendo lo que tenía que hacer. Dejar el juego combinativo a las locales y aprovechar las salidas rápidas para plantarse en área rival con pocos toques. Lo consiguió en un par de ocasiones, un tiro lejano y un mano a mano con la guardameta isleña, que no pudo aprovechar Lucía García, ayer referencia ofensiva. Es decir, el balón era tinerfeño, pero el encuentro se mantenía igualado. Sin demasiado peligro en torno a ninguna de las dos porterías. Cierto es que la velocidad de las extremos insulares traía de cabeza a la defensa rojiblanca; pero también lo es que la zaga del Athletic cerró bien sus filas. Y, cuando no lo hizo, Quiñones emergía infalible. Segura. Con el paso de los minutos, las leonas ganaron en electricidad. Eran una amenaza a la contra. Pero en los últimos instantes de la primera mitad, el Granadilla tiró de técnica para igualar de nuevo la contienda. Así, con un empate a todo y, a la vez, a nada se llegó al descanso.

Sin embargo, la vuelta de los vestuarios lo cambió todo. Y es que se contaban tan solo 45 segundos de la segunda mitad cuando el conjunto local se adelantó. En apenas 45 segundos, el Granadilla logró lo que no había conseguido en la primera parte: marcar. Un centro magnífico de Aleksandra desde la derecha fue rematado a la red por María José, que tras adelantarse a su marca tan solo tuvo que acomodar el pie para superar a Quiñones. Este tanto fue un jarro de agua fría para las leonas. Pero la pesadilla no hizo más que empezar puesto que apenas cuatro minutos después, en el 50, Martín-Prieto puso la puntilla y logró el segundo. El azar tuvo un poco que ver en esta diana, puesto que el rechace de la guardameta rojiblanca cayó en los pies de la 9 local, que solo tuvo que fusilar a placer. El Athletic quedó noqueado. Desorientado. Así que Iturregi optó por mover el banquillo. Metió a la efectiva Peke con el propósito de que ejerciera de revulsivo, pero poco pudo hacer ante el orden defensivo del Granadilla.

A partir de ahí, las locales tuvieron aún más el balón. Lo movieron sin prisa y con criterio. Aunque aún tuvo Lucía García la oportunidad de recortar tras un buen pase largo de Arana. Pero el balón se marchó fuera. Ahora, las leonas deben de lamerse rápidamente las heridas puesto que el próximo miércoles (16.00/Lezama) reciben la visita del Atlético de Madrid.