Hace varias semanas que el Celta perdió su condición de aspirante a nada y figura en el grupo de los condenados a engrosar el pelotón de los equipos intrascendentes, esos que se mueven a cámara lenta acomodados a similar distancia del peligro que de Europa. Los dirigidos por Eduardo Coudet llegan esta tarde a San Mamés relajados, sin más objetivo que defender su prurito profesional frente a un Athletic inmerso en otra historia, que se niega a parecerse a ellos y apura sus probabilidades de acceso a la zona noble de la clasificación. Más allá de los nueve puntos que les separan, sería esa disparidad de perspectivas el factor que debería plasmarse sobre el césped. Si así fuese, los rojiblancos cumplirían con su obligación y continuarían alimentando sus esperanzas.La verdad es que con 21 puntos por disputarse, el Athletic no puede permitirse casi ni un error si no quiere que su futuro dependa exclusivamente del desenlace de la final de Copa. Si el próximo sábado el Betis conquista el título a costa del Valencia, la séptima plaza otorgará el derecho a inscribirse en la Conference League, torneo para el que se codea con el Villarreal. La otra vía se antoja muy complicada, pues exige recortar la desventaja respecto a la Real Sociedad, que hoy es de diez puntos. Ganando al Celta, serían siete.

Cuanto se especule en el largo plazo carece por tanto de sentido. Centrarse en lo inmediato y, por supuesto, resolver, es la única fórmula válida para que la expectativa no se extinga definitivamente. Para ello Marcelino puede alinear un once que podría catalogarse como el ideal, excepto por la ausencia de Iñigo Martínez, aquejado de una dolencia en vías de solución, tal como explicó ayer. De no mediar más contratiempos, el central, básico en la pizarra del asturiano, reaparecerá el jueves en el desplazamiento a Cádiz. Por lo demás, todos los titulares se encuentran en perfectas condiciones.

El entrenador despejó las dudas que pudieran rodear a Dani García, que tuvo unos minutos en la jornada anterior y ya habría acumulado un número suficiente de sesiones con el grupo para volver a la línea de centrocampistas. Asimismo se da por segura la presencia de Yuri Berchiche, víctima de un proceso vírico que le impidió jugar en La Cerámica, donde una vez más Balenziaga mereció nota. La incorporación de Dani García sería en detrimento de Vesga, que jugó de inicio contra el Villarreal y, a causa de un golpe, fue suplido a la media hora por Petxarroman, quien también rindió a satisfacción.

De Marcos, noticia estos días por la ampliación de su contrato, Vivian, Yeray y Yuri completarán la zaga por delante de Unai Simón. Vencedor y Dani García, la pareja más asidua durante la temporada, se ubicarán en el círculo central, con Berenguer y Muniain más abiertos. Y al igual que en muchas oportunidades en los últimos meses, queda por despejar la incógnita sobre el acompañante de Iñaki Williams en la delantera. Optan Raúl García y Oihan Sancet. El veterano, autor del gol que sirvió para sumar el empate del sábado pasado, ha acumulado más minutos que el joven, que de un tiempo a esta parte se ha visto lastrado por un problema de pubis que obliga a dosificarle. Lo normal es que ambos se repartan los minutos y queda por conocer en qué orden.

Coudet tiene la baja del capitán y lateral diestro Hugo Mallo y no se espera que varíe en exceso el equipo, donde acostumbra a reunir a no menos de cinco jugadores de corte ofensivo: Brais Méndez, Denis, Cervi o Nolito, Aspas y Santi Mina o Galhardo. Se especula no obstante con el retorno de Tapia, cuya ausencia viene subsanando Fran Beltrán.