Consumidas tres semanas de pretemporada, periodo que incluye la disputa de tres amistosos, el Athletic toca madera en el siempre delicado capítulo de las lesiones. Si bien atendiendo al número de incidencias que han ido reflejando los partes médicos emitidos por el club podría pensarse lo contrario, la verdad es que de momento las lesiones están respetando a la plantilla de Marcelino García. En un período donde la carga de trabajo resulta particularmente pesada para el futbolista, que ha de asumir dobles y triples sesiones con altísima frecuencia, los contratiempos físicos han sido contados y, a tenor de la valoración efectuada por los doctores, de carácter leve en todos los casos.

El 7 de julio, cuando los jugadores regresaron del veraneo, la impresión fue preocupante, dado que se registraron muchas bajas en los entrenamientos iniciales. Sin embargo, la mayoría de las lesiones tenían su origen en la campaña anterior y varias de ellas hablaban de procesos de rehabilitación tras paso por el quirófano. Además, una ausencia estaba vinculada al covid, en concreto la de Vesga, a quien se sumaron después Morcillo y Artola. Salvo el chaval del filial, los otros dos han conseguido sumarse a la dinámica del grupo, prueba de ello que tomaron parte en el ensayo ante el Borussia Dortmund.

Las excepciones a esta normalidad, serían Yuri Berchiche, que merece comentario aparte, y De Marcos, aún sin estrenarse en un partido y del que no hay noticia que precise cuál es su impedimento, aunque haya trascendido que es de índole muscular. Yuri fue operado de pubis hace una semana en París y se estima que no estará disponible antes de octubre. Este episodio provocó la perplejidad general y la queja del entrenador, quien no comprendía que se hubiese dilatado tanto la solución de un problema que el jugador arrastra no ya de la campaña anterior sino de la 2019-20, y que habiendo estado de baja desde abril, se adopte la decisión de que se ha de someter al tratamiento del bisturí justo cuando regresa de sus vacaciones.

Aparte de la incógnita que planea sobre De Marcos, que acudió como uno más a la concentración en Suiza y participa en el trabajo de Lezama, los que no han asomado todavía sobre el césped son Córdoba, Kodro y Peru Nolaskoain. Sucede que ninguno tiene sitio en los planes de Marcelino, son prescindibles según su criterio, por lo que el impacto de su ausencia debería catalogarse de relativo pensando en la puesta a punto del bloque de cara a la competición. En realidad, el hecho de que no estén aptos para participar en el día a día lo que dificulta es la búsqueda de una salida. Mientras no se hallen en perfectas condiciones para entrenar y jugar, será complicado que reciban ofertas para salir cedidos. Córdoba podría ser el siguiente en borrar su nombre de la lista de bajas, pero con Nolaskoain sucede que ni el servicio médico se atreve a señalar en el calendario su vuelta y hay que recordar que se tiró en blanco el ejercicio precedente por culpa de un tobillo maltrecho.

Acabada la concentración en el extranjero, se han detectado en Lezama varias ausencias en las sesiones más recientes: Yeray y Muniain, de cuyo estado ofreció información el club el martes, así como Unai López. De los tres, es el defensa quien genera mayor inquietud, pues lo suyo es una recaída en los dolores que ya experimentó en el tramo final de la liga anterior. El asunto se localiza en el tendón rotuliano izquierdo, que se resintió en una acción en mala postura contra el Borussia Dortmund que valió para evitar el gol germano. Marcelino le sustituyó de inmediato y aseguró que actuaría con precaución a fin de no agravar el estado de uno de sus favoritos en la zaga. Por su parte, Muniain sufre una "dolencia" muscular cuyo alcance se conocerá mejor en breve, puesto que el sábado al Athletic le espera su cuarto amistoso, ante el Union Berlín.