El 4 de diciembre de 2018 marcó un antes y un después para Gaizka Garitano. Aquel día Josu Urrutia, entonces presidente del Athletic, le comunicó el deseo del club de que se hiciera cargo del primer equipo y tomar el relevo de Eduardo Berizzo, destituido tras la abultada derrota de los leones en el Ciutat de Vàlencia contra el Levante (3-0). Dos años después Garitano continúa en su cargo, renovado en dos ocasiones por la Junta Directiva que preside Aitor Elizegi, y este viernes llegará a su partido número 83 al frente del Athletic, una trayectoria que él personalmente prefiere no desgranar -"Las valoraciones no las tengo que hacer yo, pero está claro que habrá habido cosas buenas y malas"- para centrarse en el partido ante el Celta, al que venció en sus dos enfrentamientos en su primer curso en el banquillo bilbaino y al que no fue capaz de batir la campaña pasada. 24 meses después, el derioztarra, que hace dos semanas superó un ultimátum gracias al triunfo sobre el Betis, sigue sometido a un examen minucioso. Los resultados le avalan, quizá no tanto el juego de su equipo, y conoce que el Athletic se puede acostar esta noche en zona europea, con la sexta plaza e incluso la quinta a su alcance, en caso de sumar los tres puntos en su liza con un Celta que se presenta en San Mamés situado en puestos de descenso pero relanzado por su último éxito del pasado domingo ante el Granada.

Garitano, que el jueves ofreció toda su rueda de prensa en euskera con motivo del día internacional de la lengua vasca, ha superado de momento la crisis y puede enterrarla durante un tiempo en caso de encadenar su cuarta victoria consecutiva en La Catedral y tercera jornada sin conocer la derrota, un objetivo importantísimo cuando, cerrado el compromiso ante el imprevisible equipo de Eduardo Coudet, emerge una dura y exigente tacada de cuatro encuentros en un intervalo de once días (Valencia, Real Madrid, Huesca y Villarreal) con anterioridad al corto parón navideño, tras el cual le llegan los compromisos ante Real Sociedad, Elche y Barcelona, tres partidos en siete días. Una avalancha que decidirá mucho en vísperas de la Supercopa y que obligarán al técnico a dosificar recursos, tal como reconoció: "Tendremos muchos partidos seguidos y habrás que ir haciendo cambios en el once. No hay una alineación fija e inamovible en el Athletic. A partir de la semana que viene el equipo empezará a cambiar".

Unas declaraciones que invitan a pensar que el de Derio volverá a insistir en la fórmula que aplicó frente al Betis y el Getafe y que le permitió salir del apuro. Por lo tanto, se espera el mismo once, salvo la novedad de Unai Nuñez, que ocupará el lugar del sancionado Iñigo Martínez, el único león de campo que presumía de pleno hasta recibir en el Coliseum la quinta amarilla que obliga al central a descansar hoy. Así las cosas Ander Capa y Yuri Berchiche, que tuvieron que abandonar el campo en Getafe en el segundo tiempo por diferentes molestias, parecen recuperados y se suman a la causa, en tanto que Unai Vencedor y Mikel Vesga están llamados a formar de nuevo sociedad en la medular, en detrimento de Dani García, quien ha dejado de ser intocable, y Unai López. Arriba, Iñaki Williams y Álex Berenguer acapararían las bandas, con Iker Muniain en la media punta y Asier Villalibre, autor del gol en el Coliseum, como hombre más adelantado. Con todo, tampoco habría que descartar la opción de que Garitano, que únicamente deja en casa por decisión técnica a Iago Herrerín e Iñigo Córdoba, dé entrada de inicio a Raúl García, aunque parece lo menos probable.

Un plan para desactivar al descarado Celta de Coudet, al que le gusta mostrarse a pecho descubierto en su idea de fútbol ofensivo en todos sus matices y que cuenta con futbolistas que se ajustan a ese perfil, con Iago Aspas como su gran referencia, sin descuidar a los Nolito, Santo Mina o Denis Suárez... Garitano puso el acento en las virtudes del cuadro celeste: "Todos tienen una calidad enorme y están apostando por llegar con más gente en ataque. Es un equipo con jugadores muy habilidosos y muy veloces, algo que tenemos en cuenta y hay que vigilar su velocidad, aunque también adelantan la defensa".

El técnico rojiblanco no oculta el enorme valor que supone amarrar los tres puntos que subiría la cotización del Athletic en la tabla: "Todos los partidos son importantes, pero si ganamos al Celta, daremos un salto importante en la clasificación. Lo hemos hablado con los jugadores y somos conscientes de ello. Los partidos de casa adquieren una importancia aún mayor y hay que sacarlos adelante sí o sí".