1. Tanto ataque para tan escaso premio

El Athletic supo leer un partido que pedía una política de acoso y derribo, con el dominio en todos los matices de juego, pero con el único debe de quedarse corto en el marcador

bilbao - El primer capítulo de la semifinal de Copa dejó al personal con un sabor de boca difícil de definir. Salió satisfecho por la imagen que ofreció el Athletic, empujado por un San Mamés entregado, y convencido de que la final de La Cartuja está cada vez más cerca, pero se fue a casa un tanto contrariado por el resultado, sabedor de que el colectivo de Gaizka Garitano se hizo acreedor de una victoria más holgada en cuanto a juego y ocasiones, pero el fútbol tiene su propia ley. La falta de puntería en algunas ocasiones, la mala fortuna en otras y la interpretación del colegiado Hernández Hernández, que anuló el que hubiera sido el 2-0 al considerar que Iñaki Williams quitó visión a Rui Silva en el golpeo de Ander Capa, privaron a los rojiblancos de afrontar el partido de vuelta con una mayor renta. Evidentemente, Los Cármenes dictará sentencia.

El Athletic apuesta fuerte por esta Copa y va a por ella. Dicen que querer es poder. Los leones proyectaron anoche el hambre de título que tienen y lo exhibieron con un fútbol a la vieja usanza, como gusta en el Botxo. Garitano insistió en el sistema de los tres centrales y, de momento, le está dando muy buen resultado, por lo menos en este tramo decisivo de la competición. Le permite blindarse atrás y dar aire a la vocación ofensiva de sus laterales y de sus hombres de arriba, que gozan de más espacios. Una fórmula que lanzó al conjunto rojiblanco hacia la meta defendida por Rui Costa, un buen portero, en su política de acoso y derribo, que sin embargo no le valió para batir más que en una sola ocasión al guardameta portugués, que sacó tres manos providenciales. El tanto de Iker Muniain hizo justicia.

El 1-0 se entendió como una plusvalía que hay que proteger y, después, intentar sacar más provecho de ella. Funcionó lo primero, pero no lo segundo. El Athletic insistió en su plan en el segundo acto, con mucha llegada, sobre todo por medio de Williams y de Yuri Berchiche y Capa por sus costados, lo que dejó inéditos a Machís y Antonio Puertas, sin opciones de hacer peligro, lo que mermó a un Granada que bastante tuvo con mantenerse de pie y no salir casi noqueado.

2. Muniain y Williams explotan su sociedad

El capitán y el bilbaino conectan para hacer el gol de la victoria y generar casi todas las acciones de peligro, lo que es una buena noticia para el partido de vuelta

bilbao - Habrá que deducir que la acción del gol del Athletic en el derbi de Anoeta se gestó como banco de pruebas para el partido de anoche, que era el que evidentemente interesaba más. Iker Muniain e Iñaki Williams conectaron a la primera en el choque frente a la Real y ayer acentuaron su sociedad en un buen número de ocasiones. En Donostia fue el primero el que asistió al segundo y anoche de produjo un cambio de papeles. Los dos se entienden a la perfección, sobre todo cuando se sienten liberados en el césped. El deseo de alcanzar la final de Copa ayuda, y mucho. Esa motivación relució en el primer asalto de la semifinal, aunque se redujera a un solo tanto. A vuelta de vestuarios, el capitán y el delantero bilbaino se encontraron sin necesidad de mirarse a los ojos, y llevaron peligro hasta en tres ocasiones similares, con pase al espacio del navarro que buscó la velocidad de un Williams que se quedó con las ganas de batir a Rui Silva pese a intentarlo de todas las maneras. Quedan tres semanas para el duelo en Los Cármenes. 21 días para repetir.

3. La plusvalía que sí supone no encajar gol alguno

bilbao - El Athletic de Gaizka Garitano presume de su fortaleza defensiva que le ha marcado durante este largo año de ejercicio del derioztarra en el banquillo. El nuevo formato de la Copa ha dejado para semifinales las eliminatorias a doble partido y, como se sabe, en ellas es fundamental el hecho de no encajar gol alguno, especialmente en el duelo de ida. El colectivo rojiblanco cumplió en este sentido después de asomar una incuestionable solvencia a la hora de protegerse como lo hizo también en el partido de cuartos frente al Barça, lo que le permite tomar ventaja ante un Granada que está obligado a hacer dos goles en su feudo frente a un Athletic al que le vale cualquier victoria, cualquier empate y cualquier derrota por la mínima con goles. Los leones supieron administrar su renta y no dejarse llevar por el señuelo de un segundo tanto a costa de arriesgar en defensa en los minutos finales, en los que el equipo nazarí dio alguna señal.