EL Celta, uno de los grandes protagonistas del último mercado estival en Primera División al abrigo de la denominada operación Retorno, visitará mañana San Mamés con el objetivo de obtener un triunfo que le dé cierto aire en la clasificación, reto para el que atisba necesario recuperar la mejor versión de futbolistas que figuran de capa caída en el transcurso del campeonato. Son, precisamente, aquellos jugadores sobre los que recayó el pasado verano la misión de dar un impulso al equipo en su vuelta a casa, quienes más lejos se encuentran del nivel esperado por una afición abocada una temporada más a prestar una mayor atención a la zona roja de la tabla que a la parte noble de la misma. Con Iago Aspas como sostén, apenas hay noticias por Balaídos del talento de Denis Suárez (Pontevedra, 6-I-1994), Rafinha Alcántara (Sao Paulo, Brasil, 12-II-1993) y Santi Mina (Vigo, 7-XII-1995), tres hombres con pasado destacado en el club que están lejos de cumplir las expectativas generadas en su regreso a Vigo.

De los tres, Denis Suárez ha sido quien mejores sensaciones ha dejado hasta la fecha, si bien su rendimiento ha resultado decreciente hasta el punto de, lesión mediante, haber perdido su condición inicial de indiscutible en las alineaciones. Hay que retroceder hasta las primeras jornadas ligueras, no en vano, para recordar actuaciones solventes y convincentes del centrocampista gallego, por cuyos servicios abonó el Celta 12,9 millones de euros al Barcelona. Reclutado ocho años después de abandonar la cantera celeste, Denis Suárez asistió y vio portería en una recta inicial de curso que aventuraba una gran temporada en el plano individual, pero el desarrollo del ejercicio, adverso para el conjunto celtiña en todos los aspectos con cambio de entrenador de por medio, ha ido apagando a un futbolista al que, con solo un gol y dos asistencias en su haber, se ha visto incluso llorar en el banquillo fruto de la rabia y la desesperación.

Dos lesiones musculares han frenado también el ansia reivindicativa de Rafinha, otro pelotero por el que apostó el pasado 2 de septiembre el Celta para incorporarlo a su plantilla en busca de recuperar el rendimiento que ofreció el hispano-brasileño en Balaídos durante el curso 2013-14. A las órdenes de Luis Enrique, Rafinha cerró aquella temporada con cuatro goles, siete asistencias y un preciado billete para regresar a can Barça tras su productiva cesión a Vigo, donde vuelve a figurar a préstamo, pero sin el impacto deseado al sumar en la primera vuelta de liga catorce apariciones con un único tanto y ninguna asistencia en su particular hoja de servicios. Los números, pobres al igual que las sensaciones proyectadas sobre el césped, reflejan la impotencia del centrocampista a la hora de intentar marcar diferencias en el verde, donde, no obstante, mantiene su condición de titular.

El choque de mañana ante el Athletic en La Catedral será el tercero que dispute el centrocampista del Celta esta temporada frente a los leones, dado que partió de inicio en el encuentro que enfrentó a ambos equipos en Balaídos en la primera vuelta y lo hizo también en la apertura liguera en San Mamés, cuando posó como jugador del Barcelona alineado por Ernesto Valverde. El conjunto rojiblanco logró entonces imponerse al cuadro blaugrana gracias a la inolvidable obra de arte firmada por Aritz Aduriz, derrota de la que pudo obtener su particular revancha Rafinha al vencer por la mínima a los bilbainos con el Celta el pasado 6 de octubre. En aquel partido, de infausto recuerdo para un gris Athletic, disputó los noventa minutos Santi Mina, el otro miembro destacado de una operación retorno completada por el mediocentro Pape Cheikh, con un papel secundario en el equipo.

Mina, llamado a hacer olvidar a Maxi Gómez tras formar parte del traspaso del uruguayo al Valencia, tampoco ha ofrecido en la primera vuelta liguera el rendimiento esperado por una hinchada que solo le ha visto celebrar dos tantos en liga, el último, eso sí, en la última jornada ante Osasuna en Balaídos. Con ganas de alargar en el tiempo su relación con el gol después de su doblete en Copa ante el Mérida aterrizará en Bilbao el delantero gallego, quien logró su primer tanto en Primera en la puesta de largo del nuevo San Mamés, lugar del bautismo en la élite de un futbolista ansioso por ver portería, pero desacertado en una campaña a la que todavía no ha conseguido coger el punto.

hugo mallo, baja El equipo dirigido por Óscar García, por tanto, aterrizará en la capital vizcaina con tres futbolistas con cuentas pendientes en la presente temporada, en la que tampoco está rindiendo como se esperaba Hugo Mallo, otra de las piezas clave de un equipo venido a menos. El capitán celeste, lejos también de su mejor versión, ni siquiera podrá medirse al Athletic al causar baja debido a una pubalgia.

Quienes sí estarán en condiciones de jugar en San Mamés son los centrales Jeison Murillo, quien podría debutar como celtiña tras ser cedido por la Sampdoria, y Néstor Araújo, quien recibió ayer el alta médica después de recuperarse más rápido de lo esperado del esguince de rodilla que sufrió el pasado domingo ante el Mérida en el Estadio Romano, estación previa a La Catedral, que aguarda la visita de un rival lastrado por las bajas prestaciones de hombres como Denis Suárez, Rafinha y Santi Mina, un trío en horas bajas.