El Tribunal Constitucional (TC) alemán determinó ayer que la excanciller Angela Merkel rompió la obligación de mantener la neutralidad política desde su cargo, afectando los intereses de la ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD). La sentencia del TC se refiere concretamente a la elección del liberal Thomas Kemmerich como primer ministro de Turingia el 5 de febrero de 2020, con los votos de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el Partido Liberal (FDP) y AfD, que Merkel calificó de “imperdonable” y pidió que fuera revertida. Con esas declaraciones, hechas desde Sudáfrica donde estaba en visita oficial, Merkel, según el TC, rompió con su obligación de guardar neutralidad y con la igualdad de oportunidades para todos los partidos.

La AfD había presentado dos demandas contra la excanciller Merkel. Una contra sus declaraciones en Sudáfrica y otra con la publicación de las mismas en la página web del Gobierno. Merkel había definido el 5 de febrero de 2020 como “un mal día para la democracia” ya que era la primera vez, y hasta ahora la única, que su partido, la CDU, votaba conjuntamente con AfD.

Kemmerich terminó dimitiendo a los pocos días de ser elegido por la presión pública y por la imposibilidad de formar un equipo de Gobierno y estuvo en funciones hasta marzo, cuando en una nueva votación fue elegido Bodo Ramelow, del Partido de la Izquierda, que gobierna actualmente en minoría con apoyo del Partido Socialdemócrata (SPD) y de Los Verdes.

La AfD ya había tenido éxito ante el TC en procesos contra el exministro de Interior Horst Seehofer y contra la exministra de Investigación y Ciencia Johanna Wanka. Contra Seehofer la AfD presentó demanda después de que en la página del ministerio se publicara una entrevista suya con críticas a AfD. Contra Wanka por haber pedido, en un comunicado con membrete de su Ministerio, una “tarjeta roja” contra AfD. En ambos casos el TC consideró que aunque como políticos de sus partidos Seehofer y Wanka podían formular ataques a AfD no debían hacerlo en su condición de ministros.

En la sentencia contra Merkel se especifica también que la obligación de mantener la neutralidad desde un cargo en el Gobierno “no excluye que los miembros del Gobierno, al margen de su función, puedan participar en la lucha por la formación de la opinión pública”.

reacciones

Tras el veredicto del Constitucional, la AfD parafraseó a Merkel señalando que el de ayer sí que era “un buen día para la democracia”. Uno de sus líderes, Tino Chrupallah, aseguró que el partido “seguirá luchando por los derechos básicos y por el respeto a la Constitución”.

La excanciller, por su parte, se limitó a decir a través de un portavoz que “por supuesto respeta la decisión del Tribunal Constitucional”, sin entrar en más valoraciones.

Mascarillas

Lo cierto es que ayer no fue un buen día para la excanciller. La fiscalía de Berlín está investigando un contrato por el que el Ministerio de Sanidad de Alemania adquirió 100 millones de mascarillas FFP2 al inicio de la pandemia muy por encima del precio de mercado. Según confirmó un portavoz de la fiscalía, ésta ha abierto diligencias contra dos “responsables de empresa” por la sospecha de que podrían haber ofrecido sobornos para hacerse con el contrato.

De acuerdo con medios alemanes, los investigados son dos intermediarios que recibieron de la empresa suiza Emix una comisión de 48 millones de euros por facilitar el acuerdo con el Ministerio de Sanidad alemán, encabezado entonces por el democristiano Jens Spahn.

Dichos intermediarios están vinculados al partido hermano de los democristianos en Baviera y existen sospechas de que podrían haber pagado a Spahn para acabar de cerrar el acuerdo.