Portugal estrenó ayer la campaña previa a las legislativas del día 30, marcada por la presión de ómicron y cifras de contagios sin precedentes en un país que busca en las urnas una salida de estabilidad para la crisis política que detonó el adelanto electoral.

Solo dos años después de la segunda victoria del socialista António Costa, los portugueses vuelven a votar en un clima de incertidumbre sobre el "día después" y castigados por el covid, que se ha cobrado más de 19.200 vidas y mantiene confinadas a cientos de miles de personas.

Precisamente ómicron determinará la agenda de campaña. Descartados los eventos multitudinarios, los partidos extreman las precauciones y buscan fórmulas para facilitar el voto de los electores en confinamiento. Aunque la campaña arrancó formalmente ayer -y llegará hasta el día 28-, la carrera comenzó en octubre de 2021, cuando el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, anunció el adelanto electoral.

Los candidatos, además, han tenido oportunidad de vender sus programas en múltiples debates televisados que, coinciden las encuestas, no son decisivos.

Los sondeos, hasta ahora, no despejan la incertidumbre: los socialistas parten como favoritos pero condenados a pactar; los conservadores pelean por no descolgarse; la izquierda minoritaria pierde terreno, y la ultraderecha busca ventaja en el descontento social.

Bautizada como geringonça, la alianza entre socialistas, comunistas y Bloque de Izquierda que llevó a Costa al Gobierno en 2015 y colocó a Portugal como ejemplo de cohabitación de izquierdas fue una relación de conveniencia más que matrimonio.

Cuando en 2019 Costa revalidó su victoria con mayoría simple, consolidó el divorcio para gobernar con pactos puntuales, pero la soledad de los socialistas terminó con el bloqueo del Presupuesto de 2022, marco de millonarios fondos europeos para la recuperación.

Rebelo de Sousa atajó la crisis con un adelanto electoral, una fórmula recurrente utilizada ocho veces en la democracia lusa.

sopa de letras

Hasta 21 fuerzas componen la sopa de letras de estas legislativas aunque solo un puñado sentarán a sus diputados en la Asamblea. Los más importantes son:

PS: Partido Socialista, liderado por António Costa. Ganó en 2015, 2019 y fue el más votado en las municipales de 2020. Tiene 108 diputados.

PSD: Partido Social Demócrata. Principal fuerza de la oposición. Liderado por Rui Rio. 79 diputados.

PCP: Partido Comunista Portugués. Liderado desde 2004 por Jerónimo de Sousa. Se presenta en la coalición CDU con los Verdes. 12 diputados.

BE: Bloco de Esquerda. Liderado por Catarina Martins. 19 diputados

CDS-PP: Partido Popular. Aliado natural del PSD. 5 escaños

PAN: Personas-Animales-Naturaleza. Podría ser el nuevo aliado del PS.3 diputados.

Chega: Ultraderecha. Liderado por André Ventura. 1 diputado.

En cuanto a las cifras de estas elecciones, más de 10,8 millones de portugueses mayores de 18 años están convocados a las urnas. También los brasileños residentes con estatuto de igualdad política, unos 5.000.

Se estima que más de 380.000 personas estarán confinadas en Portugal el 30 de enero por covid. ¿Cómo garantizar su derecho al voto? Por correo anticipadamente o con la retirada de sus papeletas a domicilio.

Más de 2 millones de portugueses siguieron el debate televisado entre Costa y Rio, un récord para un cara a cara que no arrojó novedades. Determinante será, por el contrario, el voto de los indecisos, un 30% según los últimos sondeos, que conceden diez puntos de ventaja a los socialistas -con casi un 40% de votos- sobre el PSD.

Bajo la amenaza de ómicron, los expertos no descartan una abstención superior incluso al 60,7% registrado en las presidenciales de enero de 2021. En juego, 230 diputados. 116 dan la mayoría absoluta.

Incertidumbre tras el 30-e

Se acabaron las mayorías absolutas en Portugal, según expertos consultados por Efe. "El gran problema será la gobernabilidad", augura el politólogo António Costa Pinto.

Los líderes del PS y el PSD evitan destapar sus estrategias poselectorales. Costa descarta reeditar la geringonça, pero asegura que no levantará muros entre la izquierda.

Rio, por su parte, rechaza pactar con los socialistas, aunque defiende el diálogo y marca una línea roja con la extrema derecha olvidando que PSD y Chega son aliados en Azores.

Portugal se juega mucho en las elecciones "más importantes y decisivas de la historia democrática portuguesa", según António Costa. No en vano, desvela el diario Expresso, el chat del equipo de campaña del primer ministro ha sido bautizado como "combate".