Edimburgo - El Parlamento escocés aprobó ayer miércoles una moción que rechaza la ley sobre el Brexit, que se encuentra en tramitación en la Cámara de los Comunes y que sentará las bases para la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) el próximo 31 de enero. El texto, que estipula que la "mejor opción para el Reino Unido en su conjunto y para Escocia" es "permanecer en la UE según lo votado por el pueblo de Escocia", salió adelante con los votos del Partido Nacionalista Escocés (SNP), que gobierna la región, los laboristas, los liberales demócratas y los verdes.

Aunque el consentimiento de los parlamentos regionales es necesario cuando se legisla sobre materias transferidas a los gobiernos nacionales (como los que recoge la ley del Brexit), en la práctica el Gobierno británico puede proceder sin el acuerdo de las administraciones de Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

El Ejecutivo escocés, liderado por la nacionalista Nicola Sturgeon, se ha negado a recomendar a la cámara regional que dé su consentimiento a la legislación sobre el Brexit, al argumentar que Escocia votó mayoritariamente (62%) por permanecer en la UE.

Sturgeon usó este mismo argumento para solicitar el pasado diciembre la celebración de un nuevo referéndum de independencia a finales de este año, después de que su formación arrasara en Escocia en las elecciones generales del mes pasado. El ganador de los comicios en el Reino Unido fue el conservador Boris Johnson, que ya ha mostrado su negativa a un segundo plebiscito, tras el que tuvo lugar en 2014, en que el 55% rechazó la independencia.

El ministro escocés de Relaciones Constitucionales, Michael Russell, dijo que la moción era necesaria para "respetar la clara y consistente oposición mayoritaria de Escocia a abandonar la UE".

"Inglaterra y Gales votaron por irse e Irlanda del Norte tendrá sus propios acuerdos. Escocia votó por permanecer, pero dentro de un mes se verá obligada a irse, sin decir nada sobre su futura relación con la Unión Europea", afirmó Russell.

Russell agregó que el acuerdo de retirada también aumenta las posibilidades de que se produzca una salida del bloque común sin acuerdo, dado el limitado espacio de tiempo que existirá entre la salida programada para el 31 de enero y el final del periodo de transición, fijado para el 31 de diciembre de este año.

Pese a las recomendaciones de expertos, que señalan que once meses es un periodo sumamente corto para negociar un tratado comercial, y la disponibilidad de los líderes europeos a negociar una extensión, Johnson se niega a considerar esta opción.

Un portavoz del Gobierno británico calificó de "decepcionante" el resultado de la votación y señaló que el Gobierno escocés "se ha negado hasta ahora a recomendar el consentimiento legislativo (de la ley del Brexit) y, en cambio, está socavando este proceso para señalar su oposición al Brexit".