La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, ha confiado este viernes en que Instituciones Penitenciarias conceda el tercer grado a María Salmerón, condenada a nueve meses de prisión por no permitir a su marido -condenado por violencia machista- visitar a su hija.

Salmerón, quien ingresó el jueves en un centro de inserción, había sido indultada por el Gobierno en varias ocasiones y aunque solicitó de nuevo la gracia tras haber sido condenada en 2020 por un juzgado de Sevilla a nueve meses de cárcel por un delito continuado de desobediencia grave a la autoridad, en esta ocasión no le fue concedida la medida.

Preguntada Rosell sobre este caso en la rueda de prensa convocada para analizar los últimos datos sobre violencia de género, ha dicho que no corresponde al Ministerio de Igualdad formular la petición para que se le conceda el tercer grado a la mujer.

Tras calificar de "malísima noticia" el ingreso de Salmerón, se ha mostrado convencida de que Instituciones Penitenciarias tiene "sobre la mesa" la clasificación en grado, como la tiene de cualquier interno, y ha augurado que valorará "presumiblemente" que Salmerón no necesita ningún tipo de reinserción social.

Ha recordado que Igualdad ya se posicionó en este caso y no ha querido criticar al Ministerio de Justicia que no le ha concedido el indulto, pero sí ha llamado la atención sobre el hecho de que ninguna de las resoluciones ni actuaciones judiciales partían de la realidad de que Salmerón fue víctima de violencia de género.

"Es de esperar que si las penas tienen como fin la rehabilitación y reinserción social, quien presta más servicio fuera -el cuidado de su hija- no tiene por qué permanecer en un centro penitenciario", ha aseverado la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género.

También ha destacado "la evidencia" de que Salmerón no está en riesgo de volver a delinquir, porque ya no existe régimen de visitas de su hija desde 2015. La imagen de esta mujer, ha dicho Rosell, debería hacernos reflexionar a todos, y ha incidido en que ella, antes de que lo recogiera la ley, ya puso de manifiesto que "un maltratador nunca puede ser un buen padre".

Por otra parte, la delegada ha lamentado los últimos casos "gravísimos" de agresiones sexuales y ha incidido en que cuando una víctima retira la denuncia contra el agresor o los agresores o posteriormente cambia de versión nada tiene que ver con las denuncias falsas, que no llegan nunca al 1 %.

Ha explicado que muchas veces la víctima está en estado de shock y cuando es asistida por primera vez, que es cuando se le toma la primera declaración, puede que "la calidad del testimonio" no sea la adecuada en ese momento. Y es que la víctima, ha añadido, puede ampliar o cambiar detalles de su denuncia y eso "no puede llevar a dudar de ella, sino a investigar todo los extremos que ella pueda aportar".