A la espera de conocer si el Congreso de los Diputados constituye una comisión de investigación sobre los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia, países como Francia o Alemania han hecho públicos ya informes y otros, como Portugal o Polonia, han creado comités para indagar en las denuncias. En el Estado no hay una investigación independiente sobre los casos de pederastia en la Iglesia y la última cifra hecha pública por la Conferencia Episcopal (CEE) -en abril de 2021- habla de 220 clérigos denunciados por abusos entre 2001 y 2021.El pasado 14 de enero y tras reunirse con el papa Francisco, el presidente de la CEE, Juan José Omella, expresó su deseo de esclarecer los abusos pero rechazó “de momento” recurrir a una comisión independiente. La CEE ha optado por abrir oficinas de atención a las víctimas en cada una de las diócesis españolas y es a ellas a donde pueden acudir quienes hayan sufrido abusos o tenido conocimiento de los mismos. Algunas congregaciones religiosas sí han iniciado, sin embargo, sus propias investigaciones. Es el caso de la Compañía de Jesús, que hace un año hizo público el contenido de un informe que cifraba en 81 las víctimas menores de edad que sufrieron abusos entre 1927 y 2020 por parte de 96 religiosos.

Una de las escasas investigaciones independientes sobre abusos en el Estado la encargó en 2019 el Monasterio de Monserrat, que reconoció que el monje Andreu Soler, responsable durante 40 años de la agrupación de escauts y fallecido en 2008, fue un “depredador sexual” sin que el entonces abad, Sebastià Bardolet, hiciera nada pese a la “rumorología suficiente” sobre su conducta pederasta. La comisión investigadora, formada por una abogada, un médico y una psicóloga, consultó los archivos del monasterio y entrevistó a víctimas y monjes, además de al abad y a su predecesor Bardolet.

Por el momento, en el registro del Congreso está la petición de Unidas Podemos, ERC y EH-Bildu para crear una comisión parlamentaria de investigación. El PNV, por su parte, ha apostado por que sea una comisión de expertos independientes la que estudie los casos y presente después su informe a las Cortes, para evitar el pimpampum que caracteriza a las comisiones parlamentarias.

Pedro Sánchez no se ha cerrado a la idea de una investigación y cree que lo primero es hablar con las víctimas y escuchar sus testimonios. “Vamos a hablar y a construir”, señaló esta semana a través de las redes sociales tras salir a la luz el caso del escritor Alejandro Palomas. Los grupos parlamentarios miran a Francia, donde a finales del año pasado una comisión independiente reveló la existencia de 330.000 casos de abusos o violencia sexual sobre menores o personas vulnerables desde 1950 en el seno de la Iglesia. Ese organismo estudió durante tres años el fenómeno de los abusos e identificó a entre 2.900 y 3.200 religiosos pederastas. Alemania también lleva años indagando en los abusos en las distintas diócesis del país. El último informe recoge los casos de 497 víctimas y contabiliza a 235 presuntos agresores.