Resulta imposible encontrarle un día sin su cámara. "Igual pasas veinte veces por el mismo lugar, pero de repente hay un día en que la foto se te ofrece", explica Ángel Ruiz de Azua (Agurain, 1948), quien fue responsable de Fotografía del diario DEIA desde su fundación hasta que se jubiló. Con ella, ha capturado para este periódico algunos momentos que han quedado inmortalizados para la historia de fotoperiodismo y por ello, Ángel Ruiz de Azua- Angelito para los amigos- recibirá hoy miércoles en la Sala BBK el galardón Juantxu Rodríguez de Fotoperiodismo en los Premios Periodismo Vasco 2021, de la Asociación Vasca de Periodistas-Euskal Kazetarien Elkartea y el Colegio Vasco de Periodistas-Kazetarien Euskal Elkargoa.

Nunca olvidará el día en que descubrió la fotografía cuando en el pequeño laboratorio de su aita, "un cuarto oscuro, en Lersundi, vi que en un papel blanco empezaban a salir unos tonos y de estos, una fotografía. Para mí fue magia. Le debo mucho a mi aita; cuando iba con él siempre parecía que ocurrían cosas y él las captaba con su cámara. Como me dijo en una ocasión, las cosas suceden porque uno se fija. Me enseñó a ver".

En 1971, Claudio hijo, jefe de Fotografía de El Correo "Era botones y cuando iba a un recado me asomaba al escaparate donde el padre exponía las fotos que iban a publicar. Hasta que un día me llamó y me ofreció un puesto de fotógrafo. Mi contestación fue muy clara: ¿Dónde hay que firmar?".

Años más tarde, en 1977, Fernando Múgica e Iñaki Iriarte fueron a verle para contarle que iba a nacer un periódico vasco, DEIA, y querían contar con él como jefe de Fotografía. "No lo dudé, el proyecto me gustó mucho. Fueron unos años maravillosos. Formábamos una plantilla magnífica; eran tiempos convulsivos, cada día podía pasar algo, pero ahí estábamos. Para nosotros, que íbamos con la cámara de aquí para allá, cada día era como una explosión de cosas nuevas".

Testigo con su cámara

El fotógrafo fue testigo del reencuentro de 1997 entre Jorge Oteiza y Eduardo Chillida, que acabó con tres décadas de enfrentamiento. "Recuerdo esa foto especialmente. Oteiza le pidió al productor Jon Intxaustegi que me llamara para que hiciera las fotos del encuentro, pero que no me dijera nada de lo que iba a suceder. Quedé con Jon en Donostia y allí me pidió que le siguiera con el coche. Solo cuando llegué a Hernani me contaron que querían que plasmara con mi cámara el abrazo de reconciliación entre los dos escultores", explica este fotógrafo, que capturó cientos de instantáneas del encuentro.

Pero no fue el único momento crucial retratado por Angelito para DEIA. En la historia del fotoperiodismo, ocupan lugares privilegiados imágenes como la de la joven que "voló unos segundos a manos de sus amigos y de otras personas congregadas en la pista del pabellón de La Casilla tras conocerse el resultado del referéndum del Estatuto de Autonomía", una foto que dio la vuelta a medio mundo cuando no existía Internet. Su olfato periodístico también le llevó a estar en el instante en el que aquel hombre pegado a una pared con el agua por encima de las rodillas luchaba por no ser arrastrado aquella noche fatídica de las inundaciones. Con ella, ganó el Premio Planeta en 1983.

También recuerda con especial cariño cuando Carmelo Bernaola les llamó a María Jesús Gandariasbeitia y a él poco antes de morir. "Fue muy emotivo. Nos fuimos a su casa para hacerle la última entrevista y las últimas fotos". "Tantos y tantos recuerdos... El periódico se encargó de conseguirnos el primera vuelo a Nueva York después del 11-S, algunos también desagradables como el accidente del avión en Oiz... Un amigo me dio las ropas de la Cruz Roja y conseguí llegar hasta allí; fue dantesco, había fotos que no se podían publicar. Me han volado los años, porque hacía algo que me gustaba. No contaba las horas, quería conseguir la imagen. Hay que pensar la foto, imaginarla, adelantarte al momento, soñarla... Pero es verdad que si vas a buscar la noticia, tienes que hacer de cazador; en el momento en el que surge la foto disparar tu cámara, te tiene que pillar preparado. Ahora se hacen miles de fotos, pero se reflexiona menos".

"Nunca voy sin mi cámara encima; de repente hay un día en que la foto se te ofrece"

Premio de Fotoperiodismo