VIRUS Matemático es un movimiento conformado por numerosos jóvenes apasionados por las matemáticas. Este proyecto tiene como principal objetivo dar voz a la reina de todas las ciencias. Nicolás Atanes, un estudiante de Zizur de 16 años, es el artífice y coordinador de este movimiento, que ya tiene carácter internacional: “Decidí crear este movimiento porque aún hay mucha gente que dice que no le gustan las matemáticas”. Según explica Atanes, decidió llamar al movimiento Virus Matemático porque el objetivo de este proyecto es que el interés por las matemáticas “se propague como un virus”.

Virus Matemático es por tanto una herramienta para dar visibilidad a las mates, pero también pretende que no causen rechazo y que el mayor número de personas se interese por ellas. Así lo explica el coordinador del movimiento en la Comunidad Autónoma Vasca, Tristán Romera, que en septiembre comenzará Cuarto de la ESO en el instituto San Inazio BHI, de Bilbao: “Desde Primaria, las matemáticas son esa asignatura difícil que, ni gusta ni se entiende para qué sirve. Y es una lástima porque un mayor número de jóvenes se interesarían por ellas, si alguien se decidiera a despojarlas de ese estigma de conocimiento inalcanzable”. Sin embargo, Romera lanza un mensaje de optimismo: “A quien le gusten las matemáticas con lo que ha visto en el colegio, cuando descubra lo que queda por aprender le van a fascinar aún más”.

Pese a que se avanza hacia una sociedad cada vez más tecnológica, a sus 14 años, Romera señala que, bajo su punto de vista, la realidad educativa no ha avanzado en los últimos años: “La inclinación por las ciencias o las asignaturas tecnológicas sigue sin ser significativa”. El joven califica como “incomprensible” que a nadie se le ocurra cómo hacer más atractivas las matemáticas, pero sí cree que el factor que limita esta disciplina es su forma de evaluación: “Se enseñan unos procedimientos mecánicos que se basan en memorizar y aplicar, y si logras resolverlo, apruebas, aunque no lo hayas comprendido”. Romera lamenta que el objetivo de esta asignatura no sea enseñar a pensar y a reflexionar; y es que, a su juicio, ese método no sería tan “cómodo” de evaluar.

Asimismo, el estudiante bilbaino destaca la necesidad de tener en cuenta al alumnado, dado que son ellos los destinatarios del conocimiento y su papel no debería ser “tan pasivo”. Según indica, pese a que el profesor debe guiar a los estudiantes, tienen que ser estos últimos quienes “construyan” su propio conocimiento.

Tristán Romera también subraya la necesidad de estimular a los alumnos, mostrándoles que aquello que estén aprendiendo tiene siempre aplicación en la vida real: “No puede ser que entiendan las matemáticas como conceptos inservibles. De esta forma se tomarán la asignatura como una pérdida de tiempo”.

UN PROYECTO PIONERO

El movimiento Virus Matemático ha nacido del tiempo libre de quienes lo conforman y lo van construyendo día a día, sin haber límite de edad ni de conocimiento. Así lo señala Romera, que asegura que en Virus Matemático “todos sus componentes suman”. Bajo su punto de vista, cuanta más gente forme parte del movimiento, mayores serán los logros que consigan: “Lo que para una sola persona podría ser una tarea ardua, entre todos podemos hacer algo muy grande”. Romera anima por tanto a todos los apasionados de las matemáticas a unirse al movimiento: “Quien se interese por el tema y quiera compartir una idea, un proyecto, un problema o simplemente quiera curiosear, aquí encontrará un lugar cercano para hacerlo”.

Romera y Atanes coinciden en que las mates son una ciencia fundamental. Pero lejos de exigir que esta disciplina tenga un interés global, su intención es crear una comunidad donde todos encuentren su hueco: “Todos necesitamos matemáticas y quien nos apoye es bienvenido”.

Tristán Romera: “La inclinación por las ciencias o las asignaturas tecnológicas sigue sin ser significativa”