Euskadi se encuentra a la cabeza en gasto sanitario privado con 770 euros por habitante al año. Y eso que también es la comunidad que más invierte en su sanidad pública, ya que el presupuesto per cápita del Departamento de Salud alcanza este año los 1.801 euros, superando en más de un 30% la media estatal. Ese elevado nivel de gasto obedece a que más de 459.000 vascos contaban el año pasado con un seguro privado, lo que permite liberar recursos a Osakidetza. De hecho, las consultas a especialistas y la realización de pruebas diagnósticas son los puntos fuertes de la sanidad privada y los servicios más utilizados por sus titulares de este tipo de seguros. Traumatología, ginecología y dermatología son algunas de las especialidades más demandadas.El informe anual Sanidad privada, aportando valor. Análisis de situación 2019, elaborado por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), concluye que País Vasco, Catalunya y Madrid son las comunidades autónomas que en 2019 registraron los gastos más elevados en sanidad privada con 779, 757 y 712 euros, respectivamente. En el lado opuesto se sitúan Extremadura, Cantabria y Canarias, con 462, 455 y 454 euros, respectivamente. Los datos de dicho informe cobran este año más importancia que nunca por la emergencia sanitaria generada por el covid-19, en la que hospitales y centros privados han estado también en la primera línea de combate contra el coronavirus.

El estudio constata el momento dulce que vive la sanidad privada. En cinco años, de 2014 al 2018, los hospitales privados han aumentado su facturación en casi mil millones. El seguro privado ha incrementado casi un 15% su número de asegurados entre 2015 y 2019, estabilizándose por encima de los diez millones, y el volumen de primas de las compañías ha crecido un 20%. La evolución constante del sector implica que casi nueve millones de personas tienen un seguro privado complementario, lo que conlleva un ahorro de al menos 564 euros por asegurado y año, y permite economizar al sistema público, al menos, 4.949 millones de euros.

La tecnología de última generación es un aspecto clave para este sector y le otorga una muy buena valoración de sus usuarios, ya que cuenta con el 53% de los equipos de resonancia magnética, el 49% de los PET (Tomografía por emisión de positrones) y el 36% de los TAC (Tomografía Axial Computerizada).

en primera línea

Juan Abarca, presidente de IDIS, señala que “sin la colaboración de la sanidad privada, muchos pacientes infectados por coronavirus no habrían podido ser atendidos, especialmente en Madrid y Barcelona”. Cifró en 25.000 los enfermos beneficiados por la sanidad privada en el conjunto de los hospitales del Estado español durante la pandemia, unos 2.000 de ellos en Cuidados Intensivos. Algo que también ha vivido Euskadi, donde el sector privado ha estado al pie del cañón. Ya el pasado 26 de marzo, el Gobierno vasco extendía a la sanidad privada la orden, vigente en Osakidetza, de limitar sus consultas e intervenciones únicamente a los casos “urgentes” o “indemorables”, con el objetivo de reducir contagios y de concentrar todos los recursos en la lucha contra la pandemia.

Para Abarca, “ante una situación como la vivida no hay otra opción que la colaboración. La disposición del sector privado ha sido absoluta. Es evidente que el sistema sanitario público no es capaz de absorber la demanda sanitaria de la sociedad con sus propios medios”, insistió.

Y es que en Euskadi, la sanidad privada también juega un papel determinante, ya que representa el 33,3% del gasto total sanitario. Este sector cuenta con 21 hospitales, la mitad de los existentes y más de 2.200 camas, el 28% de las plazas disponibles. Además, gracias a sus más de 3.500 profesionales empleados en el ámbito hospitalario y más de 10.000 en el extrahospitalario lleva a cabo, por ejemplo, el 21% de las intervenciones quirúrgicas.

Lakua destinó, según datos de 2017, 248 millones de euros a la partida de conciertos, lo que supone el 6,5% del gasto sanitario. El servicio de traslado de enfermos es el que representa un mayor porcentaje (31,8%), seguido de los servicios prestados por centros sanitarios (27,5%), los servicios en ambulatorios (15,7%), y los servicios prestados por centros psiquiátricos (13,8%).

Sin embargo, la comunidad que cuenta con mayor número de hospitales de titularidad privada es Catalunya. En el ranking se sitúan en segunda y tercera posición Andalucía y Madrid. Según recoge el informe, el ahorro o liberación de recursos que la sanidad privada aporta a la pública a nivel estatal se cifra en una horquilla entre 5.000 y 11.300 millones de euros. Porque tal y como recalcó Ángel de Benito, secretario general de IDIS, “queremos la mejor sanidad, no la mejor sanidad privada, sino la mejor atención a nivel global”. Y esto solo será posible, según sus propias palabras, “si se libera de presión a un sistema colapsado”.