- El día de ayer no fue el mejor compañero de viaje para una situación como la que se vive en estos momentos en el País Vasco con un número de casos infectados por coronavirus, en aumento cada jornada. El buen tiempo, fue desde luego una tentación más para que muchos vizcainos hicieran oídos sordos a las recomendaciones que se están prodigando desde todos los sectores sanitarios para que la ciudadanía solo salga de casa en caso necesario. Pero, muchos vivieron la jornada del sábado como quien se despide por un tiempo de una actividad (la de socializarse en los bares); otros, como la necesidad de buscar alternativas al consumismo, y otros tantos como sino hubiera un mañana.

Esto dio lugar a algunas escenas grotescas, pero también a otras un tanto frívolas. Es cierto que era sábado, pero no son unas vacaciones sino una pandemia así que como decía Mari Mar, la dueña de una tienda de autoservicio de Larrabasterra, “lo más efectivo va a ser que entren en vigor las prohibiciones con sus correspondientes sanciones si no queremos que el Coronavirus llegue a toda la población por imprudencia y malas prácticas”. Su comentario estaba fundado en las conversaciones que oyó a lo largo de toda la mañana de muchas madres que con sus hijos compraron el pan y después se fueron a la playa. “Me ha parecido que hasta había quedada de madres y padres”, creyó recordar.

Lo cierto es que el parking de la playa de Atxabiribil, en Sopela, estaba completo a las doce del mediodía. Además, para guinda, algún bar de la zona seguía sirviendo el vermú mañanero, cierto es que todavía no había restricciones al respecto, solo consejos, con lo que la jornada se les hizo redonda.

El puerto deportivo fue otro de los puntos atractivos en un día como el de ayer. La ciudadanía ha interiorizado que se deben guardar distancias y descarta, en general, entrar en locales cerrados, pero en terrazas al aire libre se sienten protegidos por la madre naturaleza. No es de extrañar que durante toda la mañana se vieran por los bidegorris y caminos rurales un número de paseantes similar o probablemente mayor al de cualquier otro fin de semana soleado.

En busca de un poco de tranquilidad y distanciamiento muchos pensaron que una buena idea de confinamiento sería subir al Pagasarri, pero tropezaron con tantos vecinos y vecinas que lo de respetar el metro y medio de distancia casi se hace necesario.

No es buen momento para “echarse al monte”. De hecho, ayer mismo, el comité de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada pidió a los deportistas y aficionados a los deportes de montaña que limiten, o renuncien a sus actividades en la montaña ya sea alpinismo, senderismo, escalada, vías ferratas, descenso de barrancos, escalada y cualquier tipo excursión. Su consejo trata de prevenir que cualquier incidente o accidente aumente la carga de trabajo de los hospitales y personal sanitario que ya de por si está fuertemente saturado.

Y luego están los que se lo tomaron tan en serio como si no hubiera mañana arrasando como estos días atrás los supermercados. “Hemos tenido que llamar a seguridad para que regulara la entrada de diez en diez de las personas al supermercado”, señaló preocupada una de las trabajadores de un hipermercado de la Margen Derecha.

Mientras tanto, los todavía incrédulos, frecuentaron los bares todavía abiertos “para apoyar a nuestros hosteleros y despedirnos por una temporada”, señalaron Carlos y María.

Hoy ya los consejos son normas.