Hierro vasco en el Mediterráneo
w Ramón de la Sota impulsó hace un siglo la creación de un puerto y unos altos hornos como los de AHV en Sagunto w Ahora, un documental recoge la proeza que realizó aquel audaz empresario vasco
Bilbao
Ramón de la Sota y Llano (Castro Urdiales, 1857-Getxo, 1936) fue un emprendedor empresario naviero, abogado y político del Partido Nacionalista Vasco. Aunque creó una de las mayores fortunas de su época, fue juzgado y condenado, cuatro años después de muerto, por el franquista Tribunal de Responsabilidades políticas que incautó todos sus bienes, especialmente por haber pertenecido y financiado al PNV, y su familia se vio obligada a exiliarse, perdiendo su patrimonio. A pesar de esas dificultades, sus descendientes continuaron sus audaces pasos, como es el caso de la creación de las navieras Sokoa y Sota Cantábrico. Un centenar de Sotas viven actualmente repartidos en diferentes países, entre ellos Francia y Estados Unidos.
Ya en 1881, Ramón formó una sociedad con su primo Eduardo Aznar dedicada a la minería y a la exportación de hierro. Ambos fundaron la mítica empresa Euskalduna y la gran naviera Sota y Aznar, y Ramón fue uno de los impulsores de la Cámara de Comercio vizcaina y presidente del Puerto de Bilbao durante más de 20 años. En medio de esa prolífica época, adquirió los terrenos de La Benedicta en Sestao para competir con Altos Hornos de Vizcaya con su propia siderurgia. Al no prosperar el proyecto De la Sota sigue buscando "otras opciones", narra hoy su biznieto José María, abogado de Bilbao. Entonces, Ramón se aventura hasta Teruel, a Ojos Negros, a minas que ya habían adquirido otros vascos (Echevarrieta y Larrínaga) y persigue la estrategia para poder explotarlas y sacar el mineral al mar.
Para ello, manda a sus ingenieros, que optan por establecer una vía férrea hasta Sagunto, ciudad asediada en el 219 a.d.C. por Aníbal Barca, que a primeros de siglo XX tan sólo un erial. Una compañía belga ya había creado un tren para pasajeros, pero De la Sota decide construir 205 kilómetros de ferrocarril, en paralelo, por unos "viaductos espectaculares" -narra hoy José María-, que logra terminar, con éxito, en tan sólo cinco años. Y no acaba ahí el prodigio de ingeniería: Ramón construye un puerto, para poder embarcar el mineral y alcanzar desde allí Alemania, Italia o Estados Unidos. Finalmente construye los Altos Hornos de Sagunto. El proceso total culminó en 20 años.
Una población dividida A los contados saguntinos de entonces no les interesaba el proyecto industrial, por lo que empiezan a arribar a esta localidad valenciana vascos y aragoneses, y "castellanos y andaluces con cultura minera", relata el biznieto. "En un curioso mestizaje, Sagunto se puebla, hasta llegar a los 45.000 habitantes actuales de Puerto Sagunto -el núcleo industrial- y los 20.000 del histórico Sagunto. Lo llamativo es que en Puerto Sagunto cuentan con seis concejales que aspiran a la secesión, miembros del partido Iniciativa Segregacionista, que desea renombrar en un futuro Puerto Sagunto como Puerto Hierro". La identidad independentista es muy fuerte entre los mestizos porteños, que no suelen hablar en valenciano, como es habitual en Sagunto.
En este caldo de cultivo, y con una pujante actividad industrial, contra viento y mareas de crisis económicas, los porteños conocían cómo nació el núcleo fabril en el que viven, propulsado por un empecinado vasco que luego tuvo que exiliarse. Aun así, un primo de José María Sota, Pedro Sota, guionizó y ha dirigido El hacedor de realidades, un documental de Izen Producciones que el pasado lunes 11 llenó tres salas de proyección en Puerto Sagunto y en el que se repasa esta particular y jugosa historia de inversiones, crecimiento y pérdidas. Diez miembros de la familia Sota asistieron invitados, "con una recepción maravillosa", a esta exhibición, que resultó "muy emocionante", cuenta a DEIA José María Sota, quien lleva años defendiendo legalmente los intereses de una familia esquilmada por el franquismo.
Y es que los bienes de la familia De la Sota fueron expropiados en 1940, como "multa por responsabilidades políticas, especialmente por pertenencia y apoyo económico al PNV", señala José María. Se incauta el patrimonio de la familia, AHV se fusiona con Altos Hornos del Mediterráneo de forma inmediata, y pierden el patrimonio con un buen número de bienes inmuebles, entre ellos el Palacio de Ibaigane, hoy sede del Athletic pero durante décadas bastión del Gobierno Militar.
Más adelante, en los años 80, la reconversión industrial que afectó a la Margen Izquierda vizcaina también provocó en Puerto Sagunto el cierre de los Altos Hornos y los despidos de 4.000 trabajadores, bajo el mandato de Felipe González. En cambio, en la actualidad, y pese a la dilatada crisis económica que aún no ha remitido, los miembros de la familia Sota que acudieron a Puerto Sagunto hace unos días pudieron comprobar cómo este espacio fabril tan singular y mestizo mantiene una pujante industria gasera, siderometalúrgica y cementera (con firmas como Arcelor y Thyssen), además de que los altos hornos de antaño "han sido y siguen siendo rehabilitados como proyecto cultural, con un entusiasmo enorme", relata José María.
DOCUMENTAL esclarecedor El documental exhibido en Puerto Sagunto tuvo una excelente acogida, llenando tres salas de proyección y sirvió para clarificar, algo que ya conocían los actuales porteños: el origen de un lugar que, de no haber intervenido Ramón de la Sota, probablemente habría seguido siendo un erial o bien explotado como espacio turístico, al igual que otros puntos del Mediterráneo. Los nietos varones, apellidados Sota de primero, del mítico artífice ya han fallecido y "ninguno pudo acudir al homenaje", lamenta José María, hijo de José María y sobrino de Ramón, Alejandro, Eduardo, Gabriel, Iñaki y Patrick.
Por todo ello, para los pobladores de Puerto Sagunto, sir Ramón de la Sota (título otorgado por el Rey de Inglaterra) sería algo así como un Simón Bolívar. En consecuencia, su nombre protagoniza la plaza porteña más importante.
El pasado lunes, porteños e invitados pudieron ver el documental de 52 minutos que recorre la descripción del proyecto de los Altos Hornos y de la acometida, con el resultado final. Se trató de un acto populoso, en el que los representantes de la familia Sota conocieron de primera mano la actualidad de lo cimentado por sir Ramón, y con "una importante repercusión en los medios de comunicación", describe José María. Los familiares de sir Ramón pudieron encaramarse a los 65 metros de horno alto, que actualmente viste los colores del Athletic de Bilbao...
La familia Sota, cuando estalló la guerra civil, se vio obligada a exiliarse, principalmente a Biarritz y otros puntos de Iparralde. El avezado abogado bilbaino y biznieto del audaz empresario de principios del siglo XX apunta que sigue defendiendo los intereses de sus familiares incluso ante el Tribunal de Estrasburgo, pero que no ha habido una recuperación de lo entonces perdido.
Aun así, un elenco de apellidos Sota han ido dando que hablar y propulsado la economía y la sociedad vasca, como en el caso de Manuel de la Sota Aburto, que fue delegado del Gobierno vasco en Nueva York encargado de la diáspora vasca en América; Patrick de la Sota MacMahon, presidente de la Cámara de Comercio de Bilbao, de la Fundación Museo Marítimo Ría de Bilbao y de la Fundación Sabino Arana, mientras que Ramón de la Sota Zorraquin fue miembro el Bizkai Buru Batzar y senador electo por el PNV (1979).
Más en Sociedad
-
Así influye la personalidad del usuario a la hora de detectar o no las 'fake news'
-
Euskadi activa este lunes el aviso amarillo para la navegación por olas de 2,5 metros
-
7.000 vascos han logrado un título a través de la acreditación de su experiencia laboral abierta por Educación
-
Llegan dos pateras con 30 migrantes a bordo a Baleares