Son tres personas que, en sus diferentes trayectorias, han estado ligadas a Gernika y su terrible bombardeo. Ya sea por haberlo sufrido en sus carnes o haber estudiado el ataque aéreo en profundidad, lo cierto es que pese a sus diferentes preveniencias, Crucita Etxabe -superviviente de aquel trágico 26 de abril-, el historiador y director del Centro de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada, Xabier Irujo, y Roberto Zarrabeitia, miembro del grupo local de historia Gernikazarra, confluyen en una cuestión. Dado el primer paso por parte del Gobierno de Pedro Sánchez, los tres consideran necesario dar unos cuantos más para el resarcimiento de las víctimas del raid. Y del propio Gernika-Lumo.

Irujo considera, tal y como lo hizo el Gobierno vasco, que es “un paso positivo” el gesto realizado por el Ejecutivo de Sánchez. Eso sí, “llega tarde. Y debe de ser “el primero de muchos más. Han tenido que pasar demasiados años para que entonen el mea culpa”, señala. El historiador ve “la reciente mención de Zelenski en el Congreso” como acicate que ha llevado a Moncloa “a realizar su pronunciamiento. Si no lo hubiera hecho, quizás estaríamos hablando de otra cosa”, evidencia. Lo que sí que certifica Irujo es “que la campaña de bombardeos de la Guerra Civil en Euskadi -Otxandio, Munitibar, Durango, y un largo etcétera-, aunque fuera obra de militares extranjeros -la Alemania nazi y la Italia de Mussolini-, fue dictada por el gobierno franquista. Y tal y como hicieron los alemanes, Gernika se merece, como poco, una disculpa”. Es más que evidente que el actual gobierno no tiene nada que ver con el de Franco, pero los Estados “deben hacerse cargo de su pasado”, señala.

Misma percepción comparten la superviviente Crucita Etxabe. Y no solo por el bombardeo, ya que asegura que “aún duele el halo de mentira que nos rodeó. Aquello de que los culpables eren rojos separatistas que tanto se decía en la dictadura. Todavía me acuerdo que incluso amigas mías de ese bando lo repetían una y otra vez”. “Reconfortada” por el pronuncimiento del Consejo de Ministros de ayer, “es lo que muchos supervivientes necesitábamos”. “Algo es algo”, repite Etxabe, “pero no creo que haya sido un perdón de corazón”, sino que cree que ha estado motivado por las circunstancias. “Ha pedido perdón gente que ni siquiera había nacido ni tiene culpa directamente”, concluye.

En el tercero de los casos, y gernikarra también, el miembro de Gernikazarra Alberto Zarrabeitia afirma haber recibido la noticia con buenos ojos. “Era algo que mucha gente esperaba y que al fin se ha dado”, cita, si bien sobre los paso a dar de cara al futuro, prefiere no concretar hasta dponde debería de llegar las futuras -e hipotéticas- disculpas. “Creo que no debemos mirar al milímetro hasta donde alcanzan las disculpas, sino de qué calidad serán”, argumenta. Es decir, apela a mirar al contenido. “Lo que está claro es que ha sido una condena clara. ¿Pero hasta cuando llegará el reconocimiento expreso que necesita esta localidad?”, se pregunta. Por ahora, la “condena sin paliativos” de Moncloa no ha sido suficiente.