El Gobierno vasco ha rendido homenaje este sábado en la localidad guipuzcoana de Azkoitia al niño José María Piris Carballo, muerto con 13 años tras dar una patada a un paquete-bomba que estaba en la calle el 29 de marzo de 1980.

En el acto han participado la consejera vasca de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal Albeniz, el viceconsejero de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación del Gobierno vasco, José Antonio Rodriguez Ranz, el alcalde de Azkoitia, Javier Zubizarreta, así como familiares del homenajeado que se han reunido 42 años después con Fernando García López, amigo del menor fallecido, que resultó herido de gravedad en el mismo atentado.

Piris Carballo regresaba el 29 de marzo de 1980 de jugar un partido de fútbol en Azkoitia. Iba junto a su compañero y amigo, Fernando García López. Jose María tenía 13 años; Fernando, 12. Ambos caminaban por las calles de la localidad guipuzcoana cuando vieron un paquete en mitad de la calle. Jose María se adelantó y le dio un puntapié, era una bomba que había sido colocada en los bajos del coche de un Guardia Civil.

Cuando el agente movió su vehículo, la bomba se desprendió y se quedó en la calle. La explosión acabó con la vida de José María Piris mientra que su amigo resultó herido de gravedad. Artolazabal ha afirmado que como madre se puede imaginar lo ocurrido pero "es imposible sentir el desgarro, el dolor, la pena infinita que la madre, el padre y la familia sintieron aquel día". "Hoy nos une el recuerdo, el dolor y el cariño. Hoy nos une el compromiso", ha subrayado.

Artolazabal ha dirigido estas palabras a Juan Antonio Piris, hermano de Jose María, que ha asistido al homenaje en nombre de la familia. La consejera ha señalado que aquella bomba "nunca debió ser colocada; porque no hay idea ni proyecto político que merezca ser defendida mediante la violencia contra nadie".

La familia Piris Carballo decidió regresar a su Extramadura natal, hasta que hoy, 42 años después, ha regresado a Azkoitia para conmemorar la vida de Jose María y, principalmente, para reencontrarse con el amigo del pequeño.

La iniciativa partió de la Asociación Extremeña Víctimas del Terrorismo y ha sido organizada por el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno vasco, a través de su Dirección de Derechos Humanos, Víctimas y Diversidad, en colaboración con el Ayuntamiento de Azkoitia.

Artolazabal ha incidido en que "ETA habló de error, pero Jose María y Fernando no fueron víctimas de un error, no son daños colaterales". "El terrorismo de ETA y su fundación fueron un error", ha defendido.

En este sentido, ha sostenido que "el terrorismo no ha dejado daños colaterales, ha dejado víctimas; personas a las que injustamente se les arrebató y se les truncó la vida". "No en nuestro nombre", ha añadido.

"NUNCA MÁS"

Además, ha incidido en que "aquel sábado de 1980 nos arrebataron a un niño; nos arrebataron un trozo de nuestra libertad". La consejera ha reiterado a las víctimas el "compromiso" del Gobierno Vasco de que "nunca más" vuelven a sentirse solas. "Compromiso con un futuro con memoria; la memoria de José María, la memoria de todas las víctimas del terrorismo y de la vulneración de los derechos humanos", ha finalizado.

Por su parte, el alcalde de Azkoitia, Javier Zubizarreta, ha recibido a la comitiva en la Casa Consistorial y ha encabezado con la consejera los actos del homenaje. "En mi formación, me decían que el hombre se diferenciaba del resto de los seres vivientes por ser un animal racional, o sea, que razona", ha afirmado, para añadir, a continuación, que "en la realidad, en muchísimos tramos de nuestra historia, el razonamiento brilla por su ausencia".

"Constantemente se desprecia la fuerza de la razón y se utiliza la razón de la fuerza, y eso nos lleva a episodios llenos de brutalidad, dolor e injusticia, del que siempre salen las más perjudicadas las personas inocentes", ha sostenido.

El hermano de la víctima y el otro niño herido, hoy adulto, Fernando García también han tomado la palabra, para momentos después participar en la ofrenda floral ante la estela en memoria de José María Piris Carballo, colocada en 1980 por el entonces alcalde Román Sudupe.