Euskadi sigue poniendo en valor sus propias capacidades para hacer frente a la crisis del coronavirus y va a desmarcarse de cualquier atisbo de recentralización. Una vez superado el estado de alarma, el Gobierno vasco está marcando terreno para ejercer sus propias competencias, sin que ello implique rechazar la coordinación con el resto de ejecutivos. En ese sentido, el Consejo Interterritorial de Sanidad celebrado ayer entre las comunidades autónomas y el Gobierno español decidió crear un grupo de trabajo para definir las líneas de una evaluación independiente sobre la gestión de esta crisis, y lo hizo con el desmarque de la consejería vasca de Salud, que respeta la iniciativa pero ve en ella señales de recentralización. El Ejecutivo vasco, según las fuentes consultadas por este periódico, ya había tomado hace una semana la decisión de activar su propia evaluación recurriendo a un grupo de independientes sin atisbo de duda sobre su prestigio o imparcialidad para realizar este examen, que al fin y al cabo afecta a la gestión del sistema de salud, y Euskadi tiene el suyo propio, Osakidetza.Por ello, la consejería de Gotzone Sagardui anunció ayer en una comunicación a la prensa que Euskadi ha decidido no participar porque “cuenta con un sistema sanitario propio”, Osakidetza. “Defendemos que es aquí donde debemos realizar el análisis de la gestión de la pandemia. Además, Euskadi ya ha iniciado un proceso de análisis”, añadieron. Esta decisión se ha tomado dejando caer una carga de profundidad importante. El Gobierno vasco vuelve alertar sobre los riesgos de recentralización. No obstante, a pesar de no participar, “respeta la decisión y seguirá manteniendo una actitud de colaboración como lo ha hecho hasta ahora”.

En cualquier caso, el Ejecutivo denuncia que “desde hace meses se viene dando un proceso de centralización”. “Ya lo manifestamos en mayo en las conferencias de presidentes. Consideramos que este es un paso más en esa dirección y, por eso, manteniendo una actitud de respeto y colaboración a los acuerdos adoptados, Euskadi ha decidido no participar”, sentenciaron.

El Gobierno español ha pactado con las comunidades autónomas crear un grupo de trabajo que tendrá que presentar en un mes una especie de marco general con parámetros para una evaluación independiente de la gestión de la pandemia del coronavirus, con el fin de adoptar decisiones conjuntas para reforzar la vigilancia y el servicio de salud. Este grupo se pondrá en marcha en medio de la polémica en el Estado sobre las cifras de fallecidos y con la duda de cómo ha podido tener España tal cantidad de pérdidas humanas cuando su sistema sanitario tenía cierta reputación.

La presidencia de este grupo la ocupará la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, y se sumará un representante de cada comunidad escogido por la consejería del ramo. La idea es que el marco general que aporte este grupo en un mes desemboque en iniciativas conjuntas. En principio, no hay demasiada concreción y la reunión ya ha despertado las críticas de quienes exigían una auditoría inmediata.