BILBAO. El PP de Pablo Casado dio un volantazo de 180 grados en el Comité Ejecutivo Nacional que celebró el pasado martes. Tras certificar, con los resultados de las elecciones generales del domingo, que mantenerse a rebufo de Vox suponía despeñarse por el precipicio, Casado optó por recuperar las esencias del marianismo, es decir, girar al centro político, a la postre el movimiento que mejores réditos electorales les ha proporcionado históricamente. Además, se trata de una rectificación que reclamaban los barones territoriales como una sola voz, por lo que resultaba prácticamente inevitable. Sin embargo, no será tan fácil, ya que el presidente popular ha diseñado las listas electorales de su partido con el objetivo de confrontar directamente con los de Santiago Abascal. Así, uno de sus fichajes estrella para el 28-A, Cayetana Álvarez de Toledo, puso ayer pegas a este cambio de rumbo protagonizado en menos de 48 horas tras el veredicto de las urnas. Opinó que su partido, “más que dar volantazos, debe encontrar el ritmo y seguir con el plan de reconstrucción del espacio de centroderecha”.

Álvarez de Toledo no tiene demasiados motivos para mostrarse satisfecha de su experiencia como cabeza de lista por Barcelona. Su escaño fue el único que logró su partido en Catalunya el pasado domingo de los seis que tenía. En declaraciones a la Cope, admitió ayer que el resultado supuso “una derrota contundente, un enorme varapalo”. Aseguró, eso sí, que “no sé qué es esto de las vueltas al centro o las moderaciones. Defender al Estado constitucional, la democracia, lo que hemos hecho juntos los españoles en 1978 y plantar cara al nacionalismo no es falta de moderación, sino simplemente llamar a las cosas por su nombre”. En el Comité Nacional, solo el exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se preguntó qué es el centro y rechazó que el partido se haya alejado del mismo con Casado.